Cuatro de cada diez adolescentes malagueños de entre 12 y 18 años afirma haber consumido alcohol alguna vez y tres de cada diez, tabaco. Y, además, ellas fuman y beben más que ellos. Éstas son algunas de las conclusiones del trabajo elaborado por el Laboratorio de Emociones de la Facultad de Psicología de la Universidad de Málaga y que ha sido financiado por la Junta de Andalucía.

La edad de inicio en ambas sustancias se sitúa en los 12-13 años, y el estudio demuestra también que la inteligencia emocional incide directamente en los comportamientos ante las drogas, es decir, las capacidades y habilidades de reacción del individuo afectan en la ingesta de sustancias adictivas.

Los investigadores que han participado en Los adolescentes malagueños ante las drogas: la influencia de la inteligencia emocional han encuestado en tres fases a estudiantes de 12 a 18 años que cursan la Enseñanza Secundaria Obligatoria en la provincia de Málaga. Han analizado tres períodos: octubre de 2005, octubre de 2006 y junio de 2007, profundizando en la evolución de estos alumnos y sus consumos.

Las sustancias

La sustancia más consumida es el alcohol, seguida del tabaco. En estos tres años observan un aumento de la ingesta de drogas legales y un descenso de las ilegales, bajando no obstante la edad de inicio a los 12 años. También destaca el mencionado consumo «peligroso» de la mujer que se sitúa a la cabeza, dijo Pablo Fernández-Berrocal, uno de los artífices del trabajo.

Ante este hecho el experto explicó que esa mayor ingesta de las féminas puede estar asociado al cambio de roles y la incorporación de la mujer a campos en los que antes no estaba inmersa. «También es un intento de ser adultos prematuros incorporando una forma de reconocimiento falsa de los adultos», señaló.

El resto de sustancias son menos significativas, aunque destaca la cocaína. En el primer tramo de la investigación, octubre de 2005 –1.467 alumnos encuestados–, el 1,5% de los alumnos afirmó haber consumido cocaína alguna vez en su vida. El género es oscilante a lo largo de los tres tramos analizados y si en 2005 el hombre tomaba coca en un 2,4% frente al 0,9 de la mujer, el porcentaje se invierte en 2007 donde el varón desciende al 0,7 y las féminas aumentan al 1,4%,

El 7,2% de los adolescentes confiesa haber tomado tranquilizantes, una práctica también mayoritaria en ellas en comparación con ellos. En cuanto al cannabis, se observa un descenso de ingesta del 13,8% de octubre de 2005 al 8,7% de junio de 2007.

Los consumos en general de la mayoría de las sustancias aumentan conforme se incrementa también la edad. Cabe reseñar además que hay niños con 12-13 años que aseguran haber probado la heroína alguna vez (0,5%) o la cocaína (0,7%) o que fuman de forma habitual (casi el 2% de los menores en esta corta franja de edad).

El estudio incluye la influencias de la inteligencia emocional en los consumos y concluye que aunque los factores de riesgo son numerosos y muchos no pueden ser modificados, las capacidades que incluye la inteligencia emocional pueden ser aprendidas y mejoradas previniendo así futuras conductas de riesgo para la salud.