Diez años. Una década que no ha sido suficiente para olvidar una de las páginas más negras de la democracia malagueña. Una página imposible de leer por la sinrazón de los que la escribieron con letras de sangre. Ni se entiende, ni se olvida.

Diez años han pasado desde que el cronista, libreta en mano, se buscaba la vida en Almería mientras un paisano perdía la suya. No se conocían de nada, pero la distancia fue mínima aquella noche del 15 de julio del año 2000. El concejal popular del Ayuntamiento de Málaga, José María Martín Carpena, fue acribillado a tiros en la puerta de su casa ante los ojos de su mujer y su hija en el barrio de Nueva Málaga. El sello de la banda terrorista ETA marcaba a una ciudad que, lejos de amilanarse, se echó a la calle como nunca lo había hecho con una manifestación histórica.

Y diez años después su recuerdo sigue intacto. Como su nombre. Ni el sol más justiciero impidió ayer que familia, amigos y compañeros del edil malagueño acudieran al cementerio de San Gabriel para rendirle homenaje las 17.30 horas. Silencio absoluto antes y después de la ofrenda floral que sólo un Padrenuestro al unísono pudo romper. Minutos después, el presidente del PP andaluza y vicesecretario nacional para asuntos territoriales, Javier Arenas, justificó una visita que se ha repetido año tras año.

«Martín Carpena era una buena persona, un buen concejal y buen servidor público. Fue terriblemente asesinado simplemente por servir a los demás desde el Ayuntamiento y tener unas ideas, en este caso las del PP», dijo el líder popular. Arenas, que se refirió a la situación actual de la banda terrorista, aseguró que si José María estuviera aquí «estaría contento», mostrándose confiado en que el fin del terrorismo «está más cerca» e indicando que hay muchas personas en el País Vasco que «ya respiran distinto» con el Gobierno formado por el PSOE y PP. «Estamos más cerca de derrotar a ETA que hace unos años, aunque no cabe ningún tipo de triunfalismo porque todavía, desde la oscuridad, pueden acabar con la vida de las personas o condicionar su vida», sentenció.

El segundo de los homenajes se celebró a las 18.30 en el Parque de Huelin, lugar en el que se erige el busto de Martín Carpena desde 2003. La expresión de la figura parecía darle la razón a Arenas. Su sonrisa de bronce fue la mejor anfitriona de una reunión mucho más distendida y numerosa. El equipo de Gobierno Municipal, incluidos los portavoces del PSOE e IU, Rafael Fuentes y Pedro Moreno Brenes, respectivamente, arroparon a la viuda del concejal, Elvira Calvente, y a sus hijas.