¿Qué hago con mi mascota durante las vacaciones? Posiblemente esta sea una de las preguntas que más se repita en estas fechas. Con la llegada de la época estival y los respectivos viajes vacacionales, para algunos las mascotas pueden convertirse en una carga. Unos prefieren no viajar por no tener a nadie de confianza con quien dejarlas y otros, los más atrevidos, incluyen a su animal de compañía en el equipaje y prueban suerte.

Pero se debe ser precavido. Existen numerosos lugares donde no se permite la entrada a animales, y estando de vacaciones estos sitios se convierten en una playa, un hotel o un avión, y ni que hablar de qué hacer con ellos mientras salimos de ruta turística o nos bronceamos bajo el sol. La solución es una residencia para mascotas y Málaga cuenta con 34 distribuidas por toda la provincia. La mayoría de ellas sólo aceptan a perros y gatos, pero ¿qué ocurre con el resto de mascotas?

Desde hace unos años se ha puesto de moda tener a hurones, conejos, mapaches, chinchillas o cerdos vietnamitas como animales de compañía, sin olvidarnos de los clásicos como tortugas o pájaros. Para ellos también existen residencias que podrán cubrir todas sus necesidades y ocuparse de sus cuidados mientras los dueños disfrutan de sus merecidos días de descanso.

El Parque Animal de Torremolinos, con una capacidad para 140 animales, además de residencia les proporciona servicio veterinario, peluquería y especialistas en comportamiento canino, por si algún dueño está interesado en corregir el comportamiento de su mascota. Además, por el precio de ocho euros al día, cuentan con habitaciones individuales, bebederos automáticos, hilo musical y unas amplias instalaciones.

A las 8.00 de la mañana toca el aseo. Se les prepara para sacarlos de paseo a alguno de los dos patios con los que cuenta el parque, de 3.000 y 4.000 metros cuadrados cada uno. Luego se les da de comer y, ya por la tarde, se les vuelve a sacar a los patios, pero esta vez acompañados de los visitantes. Entre ellos se encuentran algunos de los dueños, que vienen a Málaga a pasar sus vacaciones y, pese a traer a su mascota con ellos, no tienen tiempo suficiente de ocuparse de ellas, además de no poder dejarlos solos cuando van a los sitios donde están vetados.

Una de las exigencias que solicitan en esta residencia es que el animal esté vacunado, para evitar riesgos de contagio entre el resto de mascotas. Una vez dentro, se le realiza una cartilla donde se anota el comportamiento que día a día tiene y así el dueño pueda saber cómo ha sido la estancia.

Sólo para los más mimados

Si la decisión es disfrutar de las vacaciones sin preocuparse por la mascota, pero con la intención de que el animal también disfrute de unos días de relax, existen residencias de lujo. Para los más mimados, caninos en este caso, pueden hospedarse Vipet, en Alhaurín de la Torre, donde hay una suite que incluye hasta aire acondicionado. Aquí los animales reciben un trato personalizado según sus necesidades y las indicaciones de los dueños. Para ello, cada cuidador se ocupa de un número escaso de perros y la atención es mejor.

Las tarifas dependen del tamaño de los animales, pero el precio por noche ronda los 25 y 30 euros en la suite especial. Para aquellos que no lo consideren asequible, por 15 euros pueden hospedarse en el resto del hotel. Con estas características también está en Marbella el Tiny Dog Hotel.

¡Lo llevo conmigo!

Por cariño, por desconfianza, por tranquilidad o porque creen que ellos también se merecen unas vacaciones. Sea como sea, son muchos los que toman la decisión opuesta y deciden viajar con sus mascotas. Para ello, hay hoteles que aceptan mascotas y algunas sin cobrar cargos adicionales.

En la provincia hay alrededor de un centenar de hoteles que admiten animales. Entre los más conocidos se encuentran el Hotel NH, el Hotel Bahía Málaga, el Hotel del Pintor, el Reina Victoria, el Hotel Don Paco , el Hotel Balcón de Maro, el Hotel Balcón de Europa, el Guadalmina Spa & Golf Resort, el Hotel Royal, el Hotel Rural Los Jarales y el Hotel Solymar. Estos deben tener una zona especialmente habilitada para animales.

Y para el traslado, la estancia y todo lo que conlleva pasar estos días entre animales, la empresa HolidayCheck da algunas recomendaciones para evitar que se convierta en una odisea. Moverse con animales domésticos por territorio nacional no es difícil con un poco de prudencia. Si nos decidimos por coger el coche, la clave es separar a la mascota del conductor con una red, o una jaula adecuada para su tamaño, acomodándolo en la parte trasera. Si se prefiere ir en tren, Renfe lo pone fácil porque acepta animales domésticos en todas sus Grandes Líneas, pero no viajan gratis, ya que pagan el 50 % del billete normal de pasajeros. Eso sí, se da por sentado que el propietario del animal será el responsable de sus actos. y si al resto de pasajeros les molesta tienen derecho a exigir que el animal abandone su vagón.

Si el viaje que se realiza es fuera de España, lo primero que se aconseja es visitar al veterinario y comprobar que está en plena forma. En el caso de perros y gatos es necesario vacunarlos contra la rabia, pero si vamos a Irlanda, Malta, Finlandia, Suecia ó Reino Unido además es indispensable vacunarlos contra la tenia. El pasaporte también es fundamental y lo proporcionan los propios veterinarios, porque los animales también necesitan uno, al igual que las personas, para atravesar fronteras.

En cuanto a las playas, en muchas tienen prohibida la entrada a perros, por lo que es preferible informarse con anterioridad.