Cuatro de los once excarcelados cubanos acogidos en España se han trasladado hoy con sus familiares a los centros de acogida de Málaga, Cullera (Valencia) y Sigüenza (Guadalajara).

Los que han decidido empezar una nueva etapa en Málaga son Omar Ruiz y Luis Milán, según ha informado a Efe la Federación Española de Asociaciones Cubanas, uno de los colectivos que está apoyando a los disidentes llegados a España.

Ruiz y Milán estarán en el mismo centro de acogida de la Cruz Roja que el también excarcelado Pablo Pacheco, quien llegó ayer a la ciudad andaluza.

Léster González, acompañado de nueve familiares, se ha trasladado al centro que la Asociación Comisión Católica de Emigrantes (ACCEM) de Sigüenza (Guadalajara).

José Luis García Paneque, por su parte, se ha desplazado a Cullera (Valencia) a las instalaciones de acogida que tiene en esta localidad el Comité Español de Ayuda al Refugiado (CEAR), la tercera de las asociaciones sociales que está prestando asistencia a los exiliados cubanos.

También han propuesto ir a Cullera a Normando Hernández, pero ha declinado esta opción, puesto que su deseo es marcharse a Estados Unidos, donde tiene parte de su familia, según las fuentes.

Los otros cinco que quedan en el hostal madrileño donde están alojados desde su llegada a España aún no tienen claro si se irán a otra ciudad.

A Omar Rodríguez y Antonio Villarreal se les ha ofrecido trasladarse a Gijón (Asturias) y Logroño, respectivamente, pero todavía no han tomado una decisión, según las fuentes.

Julio César Gálvez ha optado por quedarse en Madrid, aunque está por determinar si seguirá en el hostal, situado en el barrio de Vallecas, en el sureste de la ciudad.

Los otros dos disidentes del grupo son Mijail Bárzaga y Ricardo González, que podrían permanecer en la capital, si bien parte de sus familiares se marcharían a otra ciudad.

Otra de las incógnitas es la situación legal que los excarcelados van a tener en España.

El Gobierno les ofreció en un principio el estatus de inmigrante, pero ante el rechazo de casi todos ellos, les planteó acogerse a la llamada protección internacional asistida, prevista en la Ley de Asilo.

Esta figura les permitiría tener tarjeta de residencia y trabajo, acceder a las ayudas sociales y participar en actividades políticas, aspectos de los que no gozan los refugiados políticos.

También les daría la posibilidad de irse a otro país o volver a Cuba con la autorización del régimen castrista.

Algunos de los disidentes se inclinarían por esta opción y otros, en cambio, prefieren el asilo, lo que les obliga a no salir de España en un plazo de cinco años.

A partir de mañana se espera la llegada escalonada de otros ocho excarcelados cubanos y de medio centenar de familiares, quienes se alojarán de forma provisional en el hostal madrileño.

Todos ellos forman parte de los 52 presos políticos que el régimen castrista se ha comprometido a liberar en un plazo de cuatro meses.

Estos disidentes son integrantes del llamado Grupo de los 75, que fueron encarcelados en la represión de la Primavera Negra de 2003.