Sólo han pasado 24 horas desde que se presentara el proyecto consensuado entre el Ayuntamiento y la Junta de las obras del tramo del metro por el Centro, quizás el más complejo de todos. Ni siquiera, por supuesto, se ha empezado a picar el suelo, y el alcalde ha dado una media vuelta más de tuerca, hasta hacerla chirriar. Por fin había conseguido incluir un segundo túnel desde el Guadalmedina hasta la plaza de la Marina por donde pueda circular el tren de Cercanías en el futuro, pero no es suficiente. Ahora quiere que esta galería continúe paralela a la principal, por donde irán las líneas 1 y 2 del metro, hasta la plaza de toros.

Francisco de la Torre valoró ayer el proyecto constructivo, aunque también dijo que va a seguir analizándolo «para ver qué sugerencias se pueden hacer». El regidor resaltó que la obra contemple la construcción de un segundo túnel inferior que sea compatible con una línea de Cercanías, que algún día pudiera llegar hasta la plaza de la Marina. Pero, indicó que sería interesante estudiar la posibilidad de que el tren llegue a la zona oriental, para determinar «si es conveniente completar el esfuerzo hasta el final de la línea en La Malagueta, y que enlace, algún día, con la línea 3 del metro», dijo. Ni más ni menos. Y para ello, según especificó, se encuentran a la espera de los estudios que están realizando del Ministerio de Fomento y la Junta de Andalucía.

Hasta ahora, el Ayuntamiento siempre se había mostrado partidario de aprovechar las obras del suburbano para hacer una segunda galería que permitiera la circulación del Cercanías hasta la Marina, ya que, según argumentaba, el 38% de los que cogen el tren lo hacen para llegar al Centro. Después de mucho insistir, después de haber visto recompensada tanta perseverancia y de lograr un consenso, siempre difícil, con la Junta, el alcalde pide más. Y tensa el acuerdo.

En la Junta de Andalucía no han sentado bien estas declaraciones y han causado sorpresa y extrañeza. No saben si es una reflexión en voz alta o una ocurrencia del alcalde, que ha podido olvidar en sólo un día el pacto alcanzado.

Fuentes autorizadas consultadas por este periódico explicaron que el Metro ha respondido a la petición municipal de construir un segundo túnel hasta la plaza de la Marina para evitar, en el futuro, y por lo que pueda pasar, tener que volver a levantar la Alameda, debido a las complejidades técnicas que presenta esta obra y el peligro para la pervivencia de los ficus centenarios y los edificios, ya que hay muy poco espacio para llevar a cabo las excavaciones y la mala calidad del subsuelo.

El Parque es muy distinto. Hay espacio de sobra para poder trabajar, es un terreno ganado al mar en el siglo XIX cuando Antonio Cánovas del Castillo era presidente del Gobierno y no presenta dificultades botánicas ni arqueológicas. Es decir, que cuando corresponda, en el caso de que finalmente el Cercanías llegue a la plaza de La Marina y en el futuro alguien quisiera llevarlo hasta la plaza de toros, se podría hacer la obra sin tantos problemas como conlleva hacer lo mismo en la Alameda.

Muros pantalla

El alcalde, al menos, sigue defendiendo, como la Junta, el sistema constructivo de muros pantallas, que implican un menor coste en la producción, un menor impacto en los edificios aledaños y supondrá una menor afección al aparcamiento de La Alameda. Confía en que estas obras no «colapsen la vida de Málaga» y solicitó la colaboración ciudadana para minimizar sus efectos.