En apenas dos días los Obama han pasado de representar una referencia inaccesible a convertirse en una modalidad superlativa de la figura, nunca bien ponderada, del familiar que anuncia su llegada al pueblo y todos se desviven por ser los primeros en agasajarle. A diferencia de la tradición, la primera dama no trae una herencia dispuesta a compartir con sus allegados, pero sí una varita mágica capaz de despertar el interés del planeta por todo lo que señala. La Costa del Sol lo sabe y sus municipios se han lanzado a la carrera por hacerse un hueco en su agenda de descanso.

Museos, ciudades, palacios. Si Michelle Obama se mostrara solícita a las invitaciones de los últimos días, a las que a buen seguro se sumarán otras, apenas podría dirigirse al Villa Padierna para reponerse del trasiego de la jornada. Su estadía en Benahavís tiene, de momento, un paréntesis ineluctable, el viaje a Mallorca para entrevistarse con los Reyes de España. A partir de ahí, el tiempo es suyo. Si es que alguna vez fue de una primera dama.

El primero en tentar a la suerte fue el alcalde de Granada, José Torres Hurtado, al que en las últimas horas le ha ayudado en la propuesta el consejero de Cultura, Paulino Plata. Ambos están interesados en convencer a los Obama para que cumplan con la visita a La Alhambra, una incipiente tradición de los líderes demócratas en España. Su mayor aval es el grado de satisfacción de Clinton, que ha sido recordado en numerosas ocasiones durante las últimas horas.

El que ha avanzado más con la invitación es Paulino Plata que, lejos de conformarse con la amplificación de los medios, se ha puesto en contacto con el Ministerio de Asuntos Exteriores y la Embajada de Estados Unidos. El consejero quiere trasladarle la disposición de la administración para que los Obama visiten los monumentos andaluces. Una posibilidad que dependerá de la generosidad de Michelle y de su varita mágica. «Nosotros sólo podemos ofrecer nuestra colaboración», declara Plata.

El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, también ha dejado entrever su interés por situar a la ciudad en el calendario de los Obama, aunque eso sí, con deportividad y mostrando su alegría por el impacto de la visita en Marbella y Benahavís y el conjunto de la Costa del Sol. En este caso, De la Torre sacó a relucir la particular Alhambra de los servicios municipales, la Casa Natal de Picasso, un pintor muy del agrado del presidente Barack. Tanto como para justificar la carta que le envió el alcalde el pasado año, en la que le sugería la posibilidad de conocer el edificio en el que vino al mundo el genio de las vanguardias. «Aunque no se espera su presencia, si, finalmente, visitara también Málaga, el Ayuntamiento le reiteraría la invitación», puntualizó.

Mientras los municipios se disputan la atención de los Obama, se repiten los gestos de alegría por la confirmación de las vacaciones de la primera dama, que llegará a Benahavís el próximo 4 de agosto. La Costa del Sol se ha puesto el mono de trabajo para corregir imperfecciones y lograr que la familia presidencial se encuentre tan cómoda como en los jardines de la Casa Blanca.

Los primeros en agarrar los bártulos han sido los municipios que orbitan el Villa Padierna, Estepona y Benahavís que, en colaboración con la Diputación de Málaga, han comenzado a remodelar la carretera que conduce al hotel. Se trata de una actuación consistente en la mejora de la iluminación y de los jardines anejos. Además, claro está, del ensanchamiento de la vía, que tendrá que acondicionarse para recibir los abultados automóviles del séquito de los Obama.