El 23% –uno de cada cuatro– de los médicos que ejercen en Andalucía ha sufrido una experiencia personal de maltrato o violencia mientras ejercían su profesión. Este es uno de los datos más destacados de una encuesta realizada por el Observatorio de Agresiones del Consejo Andaluz de Colegios de Médicos que fue presentada ayer en la capital malagueña.

El estudio, realizado sobre un total de 56 médicos pertenecientes a las juntas directivas de los ocho colegios de médicos andaluces, es una prueba piloto con la que este colectivo pretende mostrar algo más que «la punta de un iceberg». «Hasta ahora, el problema se ha puesto encima de la mesa en muchas ocasiones, pero hay muchas dificultades a la hora de contabilizar casos que afectan a nuestros profesionales», apuntó el presidente del Consejo Andaluz de Colegios de Médicos, Juan José Sánchez Luque, quien auguró un estudio mucho más completo y riguroso en un futuro próximo.

La encuesta, que incluye preguntas sobre el entorno laboral, la experiencia y la violencia en el lugar de trabajo de profesionales de todos los campos de la atención sanitaria, arroja datos tan contundentes como que el 53,6% de los médicos andaluces manifiesta que existe un problema de maltrato o violencia en su lugar de trabajo.

El coordinador del Observatorio de Agresiones del Consejo Andaluz de Colegios de Médicos, José Miguel Pena Andreu, se encargó de desgranar un informe en el que también se destaca la gran preocupación que existe en el colectivo en torno a este tema. No obstante, más del 82% de los médicos encuestados aseguran estar «muy preocupados o preocupados» ante un posible maltrato por parte de un paciente.

Una de las principales razones de esta preocupación, según los autores del informe, es que más de la mitad de los consultados (el 58,6%) ha presenciado violencia en los centros sanitarios de la región andaluza.

No menos preocupación provoca la reincidencia. Sobre todo cuando Pena incide en que en el grupo de maltratados, un 75% ha sufrido una experiencia de maltrato o violencia en más de una ocasión. A pesar de esta situación, el informe señala que 41,7% de estos afectados no tomó medidas después del maltrato, frente al 58,3% que sí lo hizo. En este sentido, Sánchez Luque reconoció que «desgraciadamente el médico considera el maltrato como algo frecuente y cotidiano, inherente al ejercicio de nuestra profesión». «Buena prueba de ello, es que muchas de las víctimas no denuncian. Esta dinámica tiene que cambiar», sentenció.