El gerente del Hospital Clínico de Málaga, Tomás Urda, está decidio a insuflar una nueva cultura sanitaria a la gestión del centro e implicar a los pacientes en los procesos de control de la salud. Según informó ayer en un encuentro con la prensa, el complejo debe asumir la mejora de algunos aspectos de su funcionamiento como la regulación del horario de visitas que, insistió, ha de armonizarse con el descanso de los pacientes.

Urda detalló que la dirección tiene previsto iniciar una ronda de encuentros con asociaciones y colectivos para consensuar un nuevo régimen de entradas y salidas del hospital. En este sentido, advirtió que la decisión únicamente se adoptará «con consenso» y apostó por horarios compatibles con las necesidades de los pacientes.

El nuevo gerente del Clínico, que se incorporó al cargo hace dos meses, señaló que su intención es alertar a los familiares de los trastornos que pueden ocasionar en los enfermos las visitas a destiempo. «Es un desajuste añadido ya que los pacientes se han visto obligados a alterar su ritmo de vida por la hospitalización». De ahí, incidió, el interés por racionalizar los horarios y recortar la presencia de personal externo en las dependencias del complejo, que a veces colapsa las habitaciones.

La propuesta del Clínico se suma a la del Hospital Regional Carlos Haya, que a finales de junio decidió trasladar la cuestión a la comisión de participación ciudadana. El objetivo es similar: proteger al enfermo del caos y la masificación en los pasillos y dormitorios. Una intención que conecta con los intereses de los propios pacientes, que en los últimos años han formulado numerosas reclamaciones motivadas por el exceso de visitantes.

Sin ir más lejos, en la última encuesta de satisfacción de la Consejería de Salud, un 19,4 por ciento de los usuarios se quejaban de la presencia desmesurada de amigos y familiares.

Nueva gestión sanitaria

La política de Tomás Urda se orienta, en principio, a aumentar la participación de los pacientes en la vida hospitalaria. Además, el gerente está interesado en mejorar la comunicación con el resto de recursos sanitarios de la provincia para agilizar los traslados y la respuesta al enfermo. «A veces hay demasiada burocracia y el sistema es el que debe situarse alrededor del ciudadano», razonó.

El responsable del hospital anunció que a finales del próximo año culminará la transformación de los servicios del centro en unidades de gestión clínica, lo que implica, entre otros aspectos, la puesta en marcha de un sistema de atención interdisciplinar y el incremento de la información facilitada al usuario.

Por otro lado, Urda adelantó que la remodelación de la Torre A del complejo, que mantiene inutilizadas un total de 72 camas, culminará antes de final de año, un mes antes de lo expresado en los plazos iniciales de la administración. La inauguración supondrá la puesta en marcha de 34 nuevas plazas, que permitirán al centro asumir la hospitalización simultánea de un total de 276 personas. «Pido disculpas a los sanitarios y los pacientes por las molestias», dijo.