La Ley de Igualdad tiene, paradójicamente, sus mayores lagunas en las administraciones públicas frente a las empresas privadas. Así lo aseguró ayer la secretaria confederal de la Mujer en Comisiones Obreras, Carmen Bravo, en el curso de La participación de la mujer en el mercado laboral, en el Palacio de Beniel de Vélez Málaga.

Bajo la ponencia La negociación de medidas y planes de igualdad en las empresas, Bravo resaltó que «los que menos han hecho los deberes en este sentido son las administraciones públicas, que son las responsables de ejercer esa autoría en la aplicación de la ley y dar ejemplo». «El dato es precisamente negativo frente a las empresas privadas, que si aplican esta Ley de forma mayoritaria», aseguró durante su conferencia. «Existe mayor discriminación laboral y salarial, entre un director y una directora de área, en el sector público, frente a un jefe o jefa de planta en un centro comercial».

En lo que se refiere a las contrataciones parciales «están feminizadas», señala Bravo, «ya que un 78% de estos contratos se hacen a mujeres, mientras que en los de jornada completa solo se registra el 39,1%». Y todo ello frente a una situación de crisis y recesión económica que ha afectado al trabajador varón «en empleos masculinizados, como pueden ser la industria y la construcción, que son los que más han descendido»

Para la secretaria de CCOO «la Ley de Igualdad ha garantizado la protección de la maternidad, sobre todo con el tema de la correponsabilidad mediante el permiso de paternidad, algo que ha tenido muy buena acogida por parte de los padres ya que el 80% se lo cogen». La maternidad sigue siendo uno de las principales causas de discriminación en nuestro país.

En cuanto a la conciliación familiar, Bravo explicó que intervienen muchos factores, desde «sociales y culturales hasta ideológicos y, desde luego, del tipo de sociedad patriarcal al que estamos sujetos, por lo que es una de las cuestiones que más va a tardar en evolucionar». Por eso, indicó que «es importante que se sigan impulsando políticas públicas mediante el incremento de recursos y servicios públicos como la educación de 0 a 3 años y de medidas de la Ley de Dependencia».

«Hay que destacar la liberación de las mujeres de ese trabajo reproductivo y de atención de cuidados que recaen fundamentalmente en ellas y que son uno de los principales factores por los cuales la incorporación y el mantenimiento de la mujer en el empleo se hace tan complicado y tan difícil».

Desde el punto de vista sindical, la incorporación de los planes en la negociación colectiva ayudan a conocer las causas que inciden en las formas directas e indirectas de discriminación en empresas. «Mi valoración de la Ley es que no tenemos resultados significativos, y los problemas estructurales de discriminación no han sido removidos por lo que muchas veces permanecen». Desde CCOO, la Ley impulsa la formación en materia de igualdad de oportunidad para aplicarla en las relaciones laborales, desde la formación de postgrado «y sobre todo incorporando a mujeres en las mesas de negociación, y su participación como sindicalistas permite que sean las gestoras de las relaciones laborales que ellas mismas perciben».