Casi tres años después de que estallara en Estados Unidos la crisis de las hipotecas subprime y de que la burbuja inmobiliaria reventara progresivamente en todo el mundo, el mercado inmobiliario en Málaga sigue en clara atonía. El nivel de venta de vivienda sigue a la baja, aunque las voces más optimistas del sector inmobiliario malagueño hablan de que se ha llegado ya a un «suelo de mercado» donde no cabe ya sino mejorar, con ritmos de reserva de viviendas que empiezan de nuevo a acelerarse y que deberían dibujar una pequeña remontada en el último trimestre de este 2010.

De momento, y tras los datos del mes de junio publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el primer semestre de 2010 se ha cerrado con 10.535 compraventas, un 10% menos que las acumuladas en el mismo periodo de 2009 (11.718). La diferencia es bastante mayor si la comparamos con el primer semestre de 2008, cuando hubo 16.980 compraventas (un 38% menos) y con las 22.764 de 2007, el último periodo considerado de bonanza económica antes de que en agosto llegara el terremoto de las subprime. La caída de ventas en 2010 alcanza en este último caso el 54%.

La parte positiva es que, dentro de un mercado bajo mínimos, en Málaga se han vendido más de 10.000 viviendas en medio año, repartidas entre 5.320 inmuebles de nueva construcción y 5.215 de segunda mano.

Es curioso que la vivienda usada mantenga más o menos sus niveles de venta respecto a 2009 mientras que la nueva muestre niveles de caída de cerca del 20%. El truco está, según comenta el director general del Instituto de Práctica Empresarial (IPE), José Antonio Pérez, en qua la estadística de segunda mano incluye las viviendas en contrucción o recién terminadas embargadas por los bancos a promotores y particulares morosos y vendidas posteriormente para compensar parte de la deuda reclamada. Como la venta de esos pisos no paga IVA sino impuesto de transmisiones patrimoniales aparecen como ventas de segunda mano lo que en realidad son operaciones con pisos nuevos propiedad de entidades financieras.

Objetivo: drenar el stock

Pérez afirma que los contactos con las inmobiliarias coinciden en apuntar a un renovado interés de los compradores, aunque con operaciones examinadas al milímetro por los bancos antes de conceder la hipoteca que hace que su efecto estadístico como compra se retrase casi un trimestre.

«Si antes de final de este 2010 consolidamos este suelo de mercado ya tendremos un soporte sobre el que empezar a crecer. Todo será más fácil, porque lo peor ya habrá pasado», sostiene Pérez. A su juicio, el stock de viviendas terminadas y sin vender que hay en Málaga, cifrado en unas 30.000 unidades, está empezando ya a «drenarse» por lo que a corto y medio plazo podría empezar a plantearse de nuevo proyectos urbanísticos. Pérez espera por ello que el nivel de visado de futuras viviendas, que en este primer semestre de 2010 ha caído a niveles ridículos de 1.163 vivendas, lejísimos de las entre 10.000 y 15.000 que podían visarse en ese periodo durante los años del boom inmobiliario. «Está claro que los visados deben volver a subir ya», apunta.

Demanda que se recupera

En España, las ventas de viviendas entre enero y junio, acumulan una subida del 10,7% respecto al primer semestre de 2009, al consolidarse en lo que va de año la mejoría tanto de en vivienda usada (19,4%) como nueva (3,3%).

Los expertos dicen desde hace meses que los datos del INE no responden a cuestiones coyunturales, como la subida del IVA que grava la vivienda al 8% en julio (un punto más) o la supresión en 2011 de las deducciones fiscales por la compra de vivienda habitual para las rentas superiores a 24.000 euros. Por el contrario, consideran que la demanda se recupera al ritmo que se normaliza la situación financiera, lo que contribuye a un alza sostenida de las ventas que confían en que continúe durante los próximos meses.

Junto con la estadística del INE, ayer se publicó el indicador de precios de tasadora Tinsa, según el cual la vivienda libre se abarató el 4,3% en julio con respecto al mismo mes de 2009, con lo que se rompe «momentáneamente» el periodo de moderación en los descensos iniciado en junio del año pasado. En la costa mediterránea, los precios alcanzaron una caída interanual del 4,9%.