Mª Ángeles Millán Guerrero tenía 55 años y murió el pasado lunes. Sus familiares han denunciado ante los tribunales al complejo Carlos Haya por lo que consideran una supuesta negligencia médica. Se da la circunstancia de que la enferma fue además trasladada en camilla por la calle del Materno al Civil para ser atendida, un hecho, ante el que sus allegados también muestran sus reservas. Quieren saber qué pasó y si la asistencia sanitaria, incluyendo el desplazamiento, fue la adecuada.

Mª Ángeles padecía diabetes y fibromialgia, pero mantenía una vida normalizada dentro de las limitaciones propias de sus enfermedades. El lunes acudió al Materno Infantil para realizarse una analítica. Se trataba de una prueba rutinaria, según siempre la versión relatada por los familiares. La cita era a las 8.30 horas de la mañana y Mª Ángeles esperaba sentada su turno. Su hijo, Jesús Artacho Millán, de 28 años, se acercó a comprobar el número y cuando regresó a donde estaba su madre ésta se encontraba «tensa», «como convulsionando», relata el sobrino de la fallecida Javier Guerrero Millán.

Ante el aviso de Jesús, el personal sanitario del Materno Infantil la subió a una camilla y la entubó ante lo que parecía «un ataque epiléptico». «La sacaron en camilla por la acera del Arroyo de los Ángeles, cruzando la calle, hasta la entrada del Hospital Civil, la de la zona donde se ubica el centro de transfusión sanguínea», relata el sobrino.

«Cuando llegó al Hospital Civil ya iba con una parada cardiorrespiratoria. Salieron tres doctores y muchas enfermeras, intentaron reanimarla, pero era tarde», comenta el familiar. El hijo, Jesús Artacho Millán, puso en primera instancia una reclamación en el Materno Infantil y, posteriormente, se dirigió al juzgado de guardia donde interpuso a su vez una denuncia aportada a este periódico y que confirma la versión familiar. «Sinceramente, tengo que decir que todo el personal que nos atendió en el Hospital Civil fue encantador, pero ya fue tarde», dice Javier Guerrero. La familia considera que la atención por parte de los profesionales del Materno en lugar del traslado al Civil podría haber salvado la vida de Mª Ángeles, por lo que creen que la decisión adoptada y el diagnóstico originario –ataque epiléptico– no fueron adecuados.

«A mi primo le dijeron primero que era un ataque epiléptico y le metieron un tubo y ya en el Civil le comentaron que todo apuntaba al infarto. Hoy hemos obtenido los resultados del avance de la autopsia y dice que en principio se trata de muerte por infarto», comenta Javier Guerrero. «En el Materno de momento no nos han dicho nada, queremos ir a hablar con el director para saber por qué en la UVI no le atendieron. Esos minutos de vida son vitales, a lo mejor se hubiera muerto igual, pero nos queda la duda», dice.

El sobrino de la fallecida comenta además que Mª Ángeles llevaba un tiempo que se notaba molestias en el pecho. Precisamente ese mismo día a las 17.00 horas tenía cita con el cardiólogo, para la que llevaba esperando, por cierto, «cuatro meses».

Por su parte, desde el Hospital regional Carlos Haya lamentaron lo sucedido y confirmaron que la familia ha puesto una reclamación en el Materno Infantil. Tan sólo comentaron que atendieron a la fallecida de urgencia y que no se pudo hacer nada, pero no quisieron hacer referencia a la actuación del personal sanitario en el hospital Materno.