Joaquín Villanova inició su carrera política en el Ayuntamiento de Alhaurín de la Torre en 1987 en la lista del partido independiente ASIAT, hasta que en 1996 desapareció y ocupó la Alcaldía como miembro del PP con una mayoría absoluta que ha revalidado en las tres elecciones posteriores.

¿Cuál es el balance de esta última legislatura?

Estos años están resultando bastante duros porque la crisis económica ha golpeado con especial dureza a los ayuntamientos. Cada vez ingresamos menos y ajustamos más, pero lo que realmente me preocupa es la desesperada situación de paro. Es un puzzle realmente complicado, pero nuestra política económica de años anteriores, de guardar en el granero el máximo posible, con 29 millones de euros de remanente en 2008 y 20 en 2009, nos está permitiendo afrontar la situación. Estos últimos años me dejan un sabor agridulce, pero al menos no hemos tenido que renunciar a nuestros principales proyectos, que siguen dejando a Alhaurín de la Torre en la vanguardia de la provincia.

¿Cuáles han sido esos principales proyectos?

Sin duda, la futura Ciudad Aeroportuaria. Será el gran proyecto metropolitano que Alhaurín y Málaga necesitaban en cuanto a empleo, riqueza, atracción de empresas y corporaciones internacionales, potencial productivo y desarrollo investigador. También la travesía de las Américas, como arteria principal que se anticipa a esa nueva zona productiva; el SPA municipal, la jefatura de la Policía Local, la reurbanización del 90% de las barriadas, el nuevo estadio de fútbol del Pinar, y el desmantelamiento de la depuradora, que permite que el saneamiento integral afecte ya a casi todo el municipio. A eso hay que añadir casi un millar de pequeñas y medianas obras que tienen a Alhaurín como referencia en Andalucía.

¿Qué le queda pendiente?

La crisis ha hecho mucho daño y ha provocado que algunos proyectos se retrasen. Aparte, no puedo dejar de criticar que la demora en la aprobación del Potaum y, por consiguiente, del PGOU, nos ha dejado algo cojos en nuestro desarrollo. Contábamos con numerosas inversiones, algunas internacionales, que se han volatilizado, como dos hoteles y dos campos de golf. En materia de VPO, hemos tenido que apostar por nuevos modelos de promociones, como las de alquiler, porque la ruina que nos azota hace que casi ninguno de los adjudicatarios iniciales haya podido obtener su casa. Y además, hemos sufrido que tanto la Junta como el Gobierno hayan eliminado las ayudas, además de que el Gobierno andaluz no cumple sus compromisos reflejados en el nuevo Estatuto de Autonomía sencillamente porque no tiene dinero.

Una de las principales reivindicaciones son los nuevos viales atrasados.

Sí, pero no sólo eso. Que la hiperronda y el vial distribuidor dejarán Alhaurín a cinco minutos de todos los centros de atracción del Área Metropolitana y la Costa es un hecho; por eso creo que es una vergüenza que la Junta tenga paralizada su vía, cuando incluso prometió que la empezarían antes que la segunda ronda. Han puesto miles de pretextos y nunca arranca, y ahora nos toca esperar otro trecho por la célebre reprogramación de obras.

Hace unos años dijo que le gustaría ser el alcalde que acabara con las canteras, ¿Cómo se siente ahora?

Aliviado porque se están cumpliendo los plazos y porque la opinión pública ha entendido que lo que prometíamos no era una simple venta de humo. La restauración, con algunos matices, se está llevando a cabo según el plan de etapas; la complejidad de las actuaciones no impide que ya se empiece a notar el manto verde en los bancales, donde antes había tajos y taludes. Y la propia Junta dice que la recuperación de nuestra sierra está siendo modélica. Por lo tanto, me siento satisfecho, pero no bajo la guardia. Las canteras tienen que estar restauradas entre cinco y ocho años. Seguiremos vigilantes para que se cumplan los plazos y la mayor cicatriz ecológica de nuestro pueblo sea historia. Y digo alto y claro que si voy a ser el alcalde que acabó con las antiguas explotaciones, éso será un triunfo de la ciudadanía y de las generaciones venideras, que tendrán un mejor entorno. Yo sólo puse el grano que como representante de esta institución me tocaba.

La oposición suele sembrar polémica y existe una guerra judicial con IU, ¿Cómo lo lleva?

Estoy muy desencantado con algunos concejales que forman parte o han formado parte de la oposición. Los partidos y su acción política los hacen las personas. Considero que el PSOE ha cambiado bastante de su anterior línea destructiva y procura llevar una oposición firme, pero respetuosa. Y qué decir de IU: a pesar de los amagos de cambio cuando se marchó Mercedes Ávila, todo sigue igual. El poso de resentimiento, revanchismo y odio que este partido destila contra mí y mi equipo de gobierno desde la época de Encarna Ruiz sigue vigente. Y es porque los asesores de este partido siguen siendo los mismos. Yo sigo denunciado que existen procesos muy sucios y ninguno de los ediles de IU han hecho nada por acabar esta guerra judicial. Ya estamos acostumbrados en Alhaurín a estas polémicas, pero intentamos que la vida pública no sea un corral.