El pasado fin de semana disfruté de un fenomenal viaje y tuve la suerte de visitar la nueva Terminal 3 del aeropuerto de Málaga. Magnífica. Málaga ha entrado en Primera División en cuanto en infraestructuras gracias a esta nueva obra, que aún está por concluir. Aplaudo el estado del aeropuerto, pero, como suele ocurrir en esta ciudad, siempre hay lunares que estropean una gran obra. En este caso, los accesos peatonales al aeropuerto.

Viajé en tren hasta el aeropuerto. Al bajarme del tren me encontré con esta postal. Es el puente que da acceso desde la gasolinera que está enfrente de los aparcamientos del aeropuerto. Todo viajero en tren se encuentra con tan bucólica imagen. La vegetación se come poco a poco el puente y parece que a nadie le importa.

Por aquí pasan los viajeros que van al aeropuerto en tren y los que utilicen los aparcamientos o los renting de alrededor del aeropuerto. Creo que la imagen habla por sí sola y es un borrón para una instalación de sobresaliente. Además de la vegetación, la barandilla está comida por el óxido, así que una manita de pintura le vendría muy bien.