La política presupuestaria de España, que no es ajena a los movimientos del resto del mundo, se ha subido al carro de los recortes. Se acabaron los presupuestos que crecían de año en año, la financiación de grandes infraestructuras, la apuesta por lo mejor y lo más caro. Eso ya suena como un insulto. La crisis nos ha bajado a otra realidad. El corte y la confección se han convertido en la guía de las administraciones. Cortar partidas y proyectos y confeccionar argumentos para que parezca que no es así. Y esto se puede apreciar en las tres administraciones, aunque el Ayuntamiento de Málaga todavía no ha desvelado sus cartas para el presupuesto de 2011.

La culpa es de otro

El gran argumento

Una de las razones que se aducen habitualmente para explicar proyectos que se quedan estancados es que la culpa es de otra administración. Es el caso del macrohospital o la reforma de la Carretera de Cádiz. En el primer caso, la Junta insiste en que no tiene el suelo, que depende de la aprobación del PGOU que tienen que aprobar ellos mismos. Sobre la avenida de Velázquez, quieren vincular su inicio a la construcción del bulevar sobre las vías soterradas, que también depende del Ayuntamiento. Sin embargo, esta actuación está bloqueada por la falta de acuerdo con la entidad gubernamental Adif para la cesión de los terrenos; pese a lo cual el Consistorio sí tiene prevista una partida importante.

Los estudiosTrámites que se alargan

La realización de estudios o la elaboración de los proyectos de ejecución son buenos argumentos para dilatar las inversiones. El futuro parque de Arraijanal, presentado con un anteproyecto por la Junta a mediados de 2009 y cerrado con el Ayuntamiento en julio de 2010, sesteará todo 2011 mientras se elabora el proyecto definitivo, sobre el que no se ha dado ningún paso este año.

Partidas pequeñasEstán, pero poco

No cerrar el compromiso presupuestario con partidas importantes es otra forma de mantener en coma inducido a los proyectos. El Auditorio de Música es un caso extraño, ya que tanto el Gobierno como el Ayuntamiento han comprometido algo más de un millón de euros cada uno, suficiente para iniciar las obras en 2011, según los plazos normales. En cambio, la Junta se ha descolgado con sólo 200.000 euros, una cantidad que no corresponde al esfuerzo del resto. Dedicar estas pequeñas partidas permite que los proyectos no desaparezcan y se mantengan en el presupuesto un año, aunque sin efectividad. Al menos, si se consigue dinero, se puede destinar a estas actuaciones al tener ya una partida consignada. Magro consuelo.

Incluso los proyectos en obras tienen sus obstáculos por la crisis. Se ha visto con las grandes obras de carreteras en la provincia, como la hiperronda, con pagos de Fomento que se han retrasado o derivado a los próximos años, ralentizando el ritmo de obra.