­Habrá déficit de vocaciones religiosas, pero no de fe entre los feligreses, quienes, misa tras misa, siguen demostrando que apoyan a la Iglesia católica: las aportaciones de éstos al cepillo han descendido sólo en 154.000 euros entre 2008 y 2009, hasta los 5,81 millones de euros, en el ejercicio más virulento de la crisis económica de caballo que padece el país.

Otras dos muestras de que los católicos quieren seguir sosteniendo a su Iglesia pese a los vientos que soplan en contra, sociológica y económicamente hablando: en la tradicional colecta del Día de la Iglesia de 2009 los feligreses dejaron en las canastillas más de 91.000 euros, 4.000 más que en el ejercicio anterior. Y, además, las cuotas mensuales que los católicos más colaboradores dejan han bajado poco, manteniéndose por encima del millón de euros (1,01).

Los ingresos totales de la Diócesis de Málaga han crecido entre 2008 y 2009 en casi 840.000 euros, hasta los 15,6 millones. Sin embargo, pese a que el capítulo total sí ha experimentado un crecimiento, apartados específicos de este concepto han sufrido destacados descensos. Para hacer frente a estas caídas parciales, la Iglesia ha debido solicitar préstamos por valor de 1,3 millones de euros.

Entre los apartados específicos que han descendido se encuentran, por ejemplo, los ingresos procedentes del patrimonio (desde los 1,4 millones hasta los 1,1), y los extraordinarios (de 2,5 a 1,8). Aun analizando estos guarismos, el esfuerzo que hace la Iglesia en acciones caritativas y asistenciales es muy importante. Según una carta enviada por el obispo, Jesús Catalá, a los católicos malagueños, se destina a esta tarea el 75% del dinero que entra.