Más que un noviazgo, que en todo caso ha sido tormentoso y con la Junta de Andalucía como carabina, lo que Unicaja y Cajasol han vivido en los últimos años ha sido una partida de naipes en la que ambas se han tirado demasiados faroles. Una lucha de poder a poder, que parece que da a su fin. El presidente de Unicaja, Braulio Medel, en los estertores de la fusión frustrada, mantiene la cara de póker. Y prácticamente sin inmutarse, eludió ayer pronunciarse sobre el anuncio de que Cajasol vaya a unirse al grupo de Banca Cívica, huyendo así de la malagueña. «Es una operación ajena a Unicaja», dijo Medel, quien recordó que, en todo caso, Unicaja se mantiene y se mantendrá como la caja líder de la comunidad autónoma. Por eso las prisas son malas consejeras.

«Después de todos los movimientos hechos y anunciados, seguimos manteniendo nuestro objetivo de ser la primera entidad financiera de Andalucía», señaló Medel, quien advirtió de que la entidad que preside «no tiene ninguna urgencia ni por razones internas ni por presiones externas» para iniciar ningún proceso de integración con ninguna otra entidad. Aunque tampoco lo descarta, siempre y cuando sea beneficiosa para Unicaja y para aumentar el umbral de seguridad del dinero que sus clientes le confían.

¿Cuál es la hoja de ruta a partir de ahora, que la gran caja andaluza se ha esfumado? Aunque sólo sea por una cuestión de dimensión, Unicaja cree que puede resultar interesante una operación corporativa de integración. Se habla de dos vías, aunque Medel ayer no dijo ni una palabra: lo que se llama fusión fría con cajas de menor tamaño que aún permanezcan a la espera de que alguien las saque a la pista de baile o acercarse a Ibercaja, entidad que le permitiría dar un notable salto de dimensión pero que también le obligaría a negociar duro para imponer sus criterios. El presidente de Unicaja opina que nunca deben entenderse las fusiones como «la capa que todo lo tapa». «No son una varita mágica. Fusiones ha habido y hay buenas, pero también malas», sentenció.

Estudios

Braulio Medel negó la mayor al afirmar que los estudios encargados para analizar la viabilidad de una posible fusión entre Unicaja y Cajasol, en realidad, eran informes «como muchos de los que tenemos, porque entre nuestras obligaciones está analizar la competencia». «Todo el mundo se ha leído con detalle lo que dicen las pruebas de estrés de todas las entidades, pero eso no quiere decir que con todas haya intención de fusionarse».

Los estudios de viabilidad de la fusión encargados estos meses a instancias de la Junta —Unicaja se lo encargó a Boston Consulting Group y Cajasol a KPMG— al final se han quedado en meras escenificaciones para aparentar un proceso que nunca llegó a iniciarse, a pesar de la intención transmitida por ambas, a instancias de la Junta, tras la adjudicación de Cajasur a la vasca BBK. Pero en realidad no se ha roto nada, «porque no había nada», dijo Medel.