El alcalde de la capital, Francisco de la Torre, aunque considera que la mejor solución ciudadana para el río Guadalmedina es su embovedado, no descarta ninguna otra alternativa que sea posible, según reiteró ayer, aunque «siempre buscando el mejor proyecto posible» y la participación máxima de todos, aceptando diversos mecanismos como el concurso de ideas propuesto por la candidata socialista, María Gámez, o incluso hacer «consultas populares tipo referéndum» para que los ciudadanos decidan.

De la Torre anunció que el camino para poner en marcha este proceso se abrirá el próximo 3 de febrero, día en que se reunirá la Fundación Ciedes que gestiona el Plan Estratégico de Málaga que tendrá como principal tarea «y más urgente ahora» la de encontrar «una fórmula de trabajo que nos permita llegar a un acuerdo».

Aunque mantiene su defensa sobre el embovedado como mejor opción, De la Torre fue claro al señalar que «estamos abierto a otras soluciones, no descartamos nada, no vetamos ninguna solución». De hecho, adelantó que «estoy dispuesto a sentarme para que me convenzan de que estoy equivocado».

No obstante, defendió el embovedado ya que lo que determina el informe del Cedex, dependiente del Ministerio de Fomento, es que «es posible cubrir el encauzamiento, aunque no es obligatorio hacerlo. Lo que sí está claro para el alcalde de Málaga es que «hay que mantener el cauce libre, es decir, no podemos plantar en él árboles ni llevar a cabo fórmulas de embellecimiento», porque periódicamente éste pide ser ocupado por el agua», advirtió.

A su juicio, el embovedado «da unas opciones de utilidad para la ciudad que otra fórmula no permite», y es que, «de entrada, veo más ventajas a embovedar que a no embovedar porque sólo veo la posibilidad de embellecer y mejorar la zona si se emboveda, pudiendo hacer jardines, plazas o esculturas» reconoció.

Por contra, no ve la solución propuesta por el PSOE de mantener el cauce con agua de manera permanente pues eso «crearía un canal-foso que se mantendría como una barrera de separación y no de unión entre la ciudad».

Insistió en estar abierto «a ver otras fórmulas que se quieran plantear y que sean técnicamente viables». «No voy a ir a la Fundación Ciedes para decir esto tiene que ser así», aclaró, abogando, como presidente de este organismo, por «conservar un clima de entendimiento y de consenso que permita la mejor solución».