Unicaja ratificó ayer con datos ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) su «privilegiada» posición en el actual panorama financiero y su elevado nivel de «solidez» y «solvencia», algo que le permitirá tanto afrontar la reestructuración del sistema financiero sin necesidad de acudir a ayudas públicas como «superar los nuevos retos que se avecinan», según explicó el director general de la entidad, Manuel Azuaga.

La caja malagueña, que repasó públicamente sus estados financieros, aclaró que, además de contar con un solvente ratio de capital básico del 13,1% –el Gobierno se contenta con entre el 9% y el 10%–, su gestión le ha permitido escapar al gran pecado en el que en años anteriores cayó el sistema financiero español: la sobreexposición al sector inmobiliario.

En concreto, Unicaja ha logrado reducir dentro de su cartera crediticia su exposición a créditos promotores del 17% al 13%, siete puntos por debajo del 20% de media que presenta el conjunto del sector de cajas. En total, Unicaja tiene 2.954 millones de euros en créditos promotores, de los que el 94% cuenta con garantías reales. La cartera crediticia global de la entidad malagueña (24.216 millones de euros) está así dominada en un 50% por los préstamos hipotecarios de primera vivienda para particulares.

Además, la caja tiene actualmente inmuebles que le han sido adjudicados tras el embargo a sus propietarios –ya fueran promotores o particulares– por valor de 985 millones de euros, la mayoría viviendas terminadas. Esos activos se han depreciado su valor un 30% desde el momento de la adjudicación hasta quedar en 689 millones de euros, aunque Unicaja asegura que tiene capacidad de absorber entre un 50% y un 80% de depreciación sin caer en pérdidas adicionales.

Azuaga y Navarro destacaron que Unicaja es la entidad líder en Andalucía con una cuota de mercado del 10% en créditos y del 13% en depósitos. Además, recordaron que la política de la caja –a pesar de haber presentado hasta 2007 crecimientos por encima del 20%– ha sido sacrificar subidas que podían haber sido mayores para no aumentar ni los préstamos de riegos ni la exposición al mercado inmobiliario. Unicaja también presenta una «casi nula presencia» en mercados de segundas residencias.

La entidad, además, está aplicando un plan de reestructuración en 2010 y 2011 con el que cerrará 100 sucursales de su parque de oficinas (953) y reducirá su plantilla de casi 4.900 empleados en unas 500 personas. Para este último punto ya se ha contactado con los sindicatos, y la idea es que todas las salidas sean voluntarias, con prejubilaciones o bajas incentivadas. El objetivo final es reducir gastos de explotación un 7% en 2011, un 6% en 2012 y un 5% en 2013, y dejar los ratios de eficiencia por debajo del 50% en 2013. Con esto se espera para los próximos años una tasa media de resultados del 19%.

Como datos adicionales, Azuaga y Navarro señalaron que el ratio de apalancamiento de la entidad se sitúa en el 7,9%, «en los más alto del sector», y una morosidad «limitada», del 3,7% sobre la cartera total, con un ratio de cobertura del 116%.

Sólo opciones «que fortalezcan»

Azuaga dijo que, con esta situación de fortaleza, y «por muchos límites que se pongan de core capital (capital básico)», la caja no tendrá que recurrir al dinero público que se pondrá a disposición de las cajas con dificultades ni transformarse en banco. La fuerte capitalización de la entidad le permite «superar holgadamente» los escenarios de los test de estrés sin requerir de capital adicional. En un eventual escenario de pérdidas del 9,6% planteado por la agencia de calificación Moody´s, Unicaja tendría un ratio de capital básico del 10,2%, mientras que con pérdidas del 8,5%, su ratio superaría el 11%.

El elevado nivel de solvencia y alta calidad crediticia ha permitido que no se haya visto obligada en 2010 a acudir a un proceso de reestructuración, como han tenido que hacer muchas cajas españolas, que se han fusionado para obtener ayudas del FROB. Según Azuaga, las operaciones analizadas –en velada referencia a Cajasur o Cajasol– «han sido descartadas porque ponían en peligro la situación financiera privilegiada de Unicaja».

En cuanto a la posibilidad de que se participe en futuras fusiones –se habla de Ibercaja, la entidad de mayor entidad y solvencia de las que aún no se han sumado a ninguna–, manifestó que Unicaja «siempre estará abierta operaciones corporativas que fortalezcan su posición» y que sean favorables a sus clientes y empleados «sin menoscabar la solvencia, liquidez y rentabilidad».