La explosión se escuchó con fuerza en los alrededores de la avenida de Los Guindos. Era las 13.20 horas cuando ocurrió. Algunos vecinos se asomaron pensando que era un atentado, otros salieron a la calle esperando ver una columna de humo. Los hubo, despistados, que se enteraron de que había pasado algo porque llegaron camiones de bomberos y ambulancias. La calle era un hervidero de tertulias improvisadas y conversaciones entre desconocidos con una pregunta en boca de todos: ¿Qué ha pasado?

Una simple chispa había provocado la explosión que alteró la normalidad de la Carretera de Cádiz. Fue en las instalaciones de la empresa EMMA Medioambiental Andaluza, especializada en el tratamiento de electrodomésticos en desuso y la gestión de los gases. Fuentes policiales explicaron que un trabajador estaba utilizando un soldador y una chispa saltó con la mala suerte de que cayó a un recipiente lleno de virutas de aluminio. La reacción fue inmediata y brutal. La explosión fue seca, dura.

La cercanía del parque de bomberos del Camino del Pato permitió una rápida asistencia, con tres camiones, un vehículo de mando y una ambulancia. Sin embargo, pronto se pidieron otras dos ambulancias de Emergencias Sanitarias como refuerzo para atender a los tres heridos graves que había dentro de la nave. Además, una señora que pasaba con la compra delante del taller, justo en el momento de la explosión, también tuvo que ser atendida con quemaduras leves.

Heridos graves

La rápida atención de los servicios sanitarios permitió estabilizar a los heridos graves, uno de los cuales estaba mucho más afectado, con quemaduras en la mayor parte de su cuerpo al ocurrir la explosión a escasos centímetros de donde se encontraba trabajando.

Los servicios médicos de urgencia atendieron a los heridos durante 40 minutos en la zona del suceso, que fue cortada por la Policía Local, que precintó un tramo de la avenida de Los Guindos, entre la esquina con el Camino del Pato y la calle Cartaya.

Una vez recibidas las primeras atenciones, los heridos fueron trasladados al Hospital Carlos Haya. El que presentaba las heridas más graves, de 65 años, fue ingresado en la Unidad de Quemados, con un diagnóstico de muy grave y con necesidad de respiración mecánica. Este hombre sufría quemaduras en más del 50% de su cuerpo.

Los otros dos afectados por la explosión fueron trasladados a la sala de Observación de Urgencias. Allí permanecieron todo el día en estado estable. De ellos, uno de los ingresados, de 80 años y padre del dueño de la empresa, tiene heridas en la cara y en los miembros inferiores; mientras que otro, de 32 años, tiene quemaduras de primer y segundo grado en el 40% de su cuerpo, según fuentes del Hospital Carlos Haya.

El importante despliegue policial de agentes locales que completó con la presencia de policias nacionales y de una unidad de la Policía Científica, en concreto de un vehículo del Laboratorio de Actuaciones Especiales, para investigar las causas de la explosión, que apenas provocó daños en la estructura del edificio.