El blanco encarado con la cremosidad del terrizo. Las ojivas y las líneas de la historia frente a la desnudez contemporánea. Las obras del Museo Thyssen han salido de la lona y miran por primera vez a la iglesia del Sagrado Corazón. El encuentro tiene décadas por delante para acoplarse a la nueva imagen de la ciudad, pero, por lo pronto, ya despierta análisis encendidos. Hay quien sostiene que el contraste es abusivo. También los que observan un enlace necesario, natural con la evolución y atinado en el equilibrio. El Palacio de Villalón ha vuelto, pero bajo la bienvenida de defensores y críticos.

El centro de la polémica prende de la fachada del futuro edificio administrativo del recinto. Es justamente la parte del complejo que dialoga con la iglesia levantada por Guerrero Strachan a principios del pasado siglo. El dinamismo neogótico del templo, inspirado en las catedrales de Burgos y Toledo, no emparenta fácilmente con el estilo del nuevo edificio, pero tampoco lo hace la pinacoteca original del Thyssen de Madrid y su ampliación contigua. La polémica ha irrumpido y el primero en atizar ha sido el líder municipal de IU, Pedro Moreno Brenes, que arremetió ayer contra el diseño del conjunto, firmado por Rafael Roldán y Javier González. «Algunas partes no respetan el patrimonio histórico ni la tipología de las calles de su entorno», dijo.

IU ve violento el contraste

El concejal de la coalición de izquierdas la emprendió especialmente con el anejo administrativo, al que calificó de «pastiche», y con el pronunciamiento de sus muros, que enfrentan a la iglesia del Sagrado Corazón y a la calle de Los Mártires. «Es una falta de respeto al patrimonio y al entorno. Se ha diseñado como si se estuviese en un solar inmenso y no en el corazón de Málaga», abundó.

Las aseveraciones de Moreno Brenes encuentran su eje en la visión de algunos arquitectos, pero el gremio no las tiene todas consigo. Carlos Hernández Pezzi, reclutado recientemente para la campaña electoral del PSOE, no duda de la buena intención del político izquierdista, aunque considera que la intervención es lo suficientemente discreta y neutral como para no levantar ampollas en su integración con el conjunto. «Es el debate de siempre, pero la relación entre un edificio contemporáneo y otro más antiguo no siempre tiene que ser de mimetismo. En ocasiones, si se usan blancos, se resalta aún más el resto del conjunto», precisa.

A Iñaki Pérez de la Fuente le parece directamente una discusión política y de urgencia electoral, poco arquitectónica en su contenido. El urbanista es un defensor en firme del diseño y de la obra de su autor, Rafael Roldán, al que considera una garantía. En los mentideros de la profesión se escuchan opiniones para todos los gustos. Habrá Thyssen para rato. Al menos, si su contenido suscita tantas opiniones como la reforma del edificio.

PSOE e IU hablan de «derroche económico»

El PSOE e IU votaron ayer en contra de la propuesta de modificación del proyecto presentada por el equipo de gobierno en el consejo de administración del Instituto Municipal de la Vivienda, que supone un sobrecoste de 1.934.846 euros, que serán aportados por este mismo organismo.

Los socialistas criticaron la «falta de transparencia» del PP en la construcción del Thyssen. La portavoz de su grupo, Begoña Medina, habló de la conversión del proyecto «en un pozo sin fondo de inversión municipal», mientras que su homólogo en IU, Pedro Moreno Brenes, cifró en veinte millones de euros el dinero invertido hasta el momento por parte del Ayuntamiento. «Es positivo que Málaga albergue el museo, pero no a costa de un derroche económica».