Representan el talento en bruto, la promesa de mayor competitividad, el camino a la élite, pero la virtud no siempre se corresponde con el éxito. Los alumnos con alta capacitación intelectual, término más inclusivo y preciso que el de superdotado, según los especialistas, registran un índice inquietante de fracaso escolar, en muchos casos provocado por las dificultades para detectar su condición. Un reto al que la Junta de Andalucía ha querido dar respuesta a través de un plan especial de educación, que fue presentado ayer con el beneplácito y la participación de las asociaciones de padres que agrupan al colectivo.

El documento comienza precisamente con una serie de acciones encaminadas a mejorar la identificación de este tipo de alumnos. Lo primero será de aplicación inmediata, una prueba específica y avalada por la Organización Mundial de la Salud que se llevará a cabo entre los alumnos del grado inicial de primaria y de secundaria a a partir del próximo curso.

4.400 superdotados

Según la Asociación Malagueña para el Apoyo a la Altas Capacidades Intelectuales (ASA Málaga), el último recuento estadístico apuntaba a la presencia de 4.400 personas con sobrecapacitación en la provincia. De ellas, únicamente 260 cuentan con diagnóstico. Una cifra que se torna, incluso, más desproporcionada si se infiere partir de la nueva catalogación, que, incluye en el colectivo diversos perfiles, lo que incrementaría el número de casos a aproximadamente 20.000.

Es precisamente esta nueva acotación la que más del agrado resulta entre los padres de los estudiantes. José Luis Sánchez, presidente de ASA, alude a los lugares comunes y simplismos que a menudo convoca la palabra superdotado, que tradicionalmente designaba a variantes psicológicas e intelectuales muy diferentes entre sí.

El plan de la Junta, a sugerencia de los colectivos, distingue entre talento simple, que presume a un grupo con elevadas aptitudes para un área específica, talento complejo, en el que se combinan competencias en varios ámbitos y la pura sobredotación, que señala a quienes disponen de un coeficiente intelectual igual o superior a 130 puntos, única vía utilizada convencionalmente para identificar a este sector de la población. «Lo bueno del sistema es que está enfocado a la intervención en lugar de limitarse a detectarlos, que era lo que había hasta el momento», resalta.

El programa, que se prolongará hasta 2013 y que cuenta con un presupuesto de cuatro millones de euros, se orienta a la puesta en marcha de actuaciones educativas especializadas. Entre ellas, figura la formación del profesorado y la creación de un departamento con representación en cada una de las provincias.

Fracaso escolar

El fracaso escolar preocupa sobremanera en el caso de este tipo de alumnos. De acuerdo con Sánchez, las dificultades se concentran principalmente entre los perfiles más imaginativos y creativos. La tasa de problemas académicos, en este caso, se sitúa entre el 35 y el 50 por ciento. Un despropósito que tiene mucho que ver con esa tendencia tan española de malgastar los talentos, pero también con planteamientos pedagógicos. «Suelen ser niños que cuestionan todo lo que aprenden, por lo que, si no ven satisfechos, se aburren y desconectan», indica.

A José Luis Sánchez no le gustan los reduccionismos. Asegura que en estos casos de fracaso la responsabilidad se reparte en toda la comunidad educativa, incluidos los padres. Falta inversión para planteamientos específicos, pero también, insiste, un modelo capaz de apostar por la diferencia y estimular al conjunto de los alumnos. «Es una cuestión más social que económica», reseña. El presidente de ASA pone como ejemplo la gestión educativa de Aragón y la asistencia especializada de Murcia, cuya universidad cuenta con un departamento propio de investigación dedicado a la sobredotación intelectual. Uno de sus objetivos es, concretamente, afinar el proceso de detección, que deja fuera a numerosos perfiles. A modo de ejemplo, una constatación.

En ciencias

El predominio de superdotados identificados y diagnosticados en las ramas de ciencias. «Es lógico que así sea porque las pruebas están diseñadas a advertir el talento lógico-matemático, pero eso no quiere decir que entre pintores y arquitectos sin ningún interés por este tipo de pruebas no se den casos de sobrecapacitación», resalta. Toda una legión por descubrir y formar.