El secreto profesional no siempre se queda en el gremio. Una de las técnicas más utilizadas por los cerrajeros centroeuropeos en los años setenta se ha extendido en los últimos años entre los cacos como una de las maneras más efectivas para abrir una cerradura. Y sin daños.

Muy simple

Dicen que su peligro es su sencillez, y como ejemplo de su efectividad cabe mencionar la preocupación que esta actividad provocó en materia de seguridad en Alemania a principios de la pasada década. Tal y como se informa en numerosos foros, incluidos los policiales, esta práctica se denomina bumping y consiste en manipular una llave maestra que, una vez dentro de la cerradura, es capaz de abrirla tras golpearla con otro objeto.

Según la teoría, la llave maestra, creada con muescas más profundas para que llegue hasta el último pistón de la cerradura, permite que todos los pistones que forman el pestillo salten simultáneamente cuando es percutida, por ejemplo, con un martillo. En la práctica, tal y como se puede comprobar en multitud de vídeos colgados en internet, las consecuencias son inmediatas. Con sólo un poco de maña, girar la llave durante el golpe permite abrir la cerradura sin dejar ningún tipo de daño en la misma. La buena noticia es que, según la mayoría de los testimonios, esta práctica es posible con las cerraduras de cilindro, aunque la mala dice que éstas son las más utilizadas en los hogares.

Afortunadamente, los foros hablan de una solución que no pasa por cambiar la cerradura, sino por dejar la llave puesta en el interior de la vivienda cuando está ocupada.