Cáritas no entiende de ideologías ni de razas. Ni siquiera de religión. Sólo de pobreza, y de tratar de ayudar a los que más lo necesitan sin que pierdan su dignidad como personas. Cada vez son más familias las que acuden a las parroquias para ser atendidas. La crisis las ha sacudido. Ni para pagar el recibo de la luz tienen. Otras requieren alimentos. Las cáritas parroquiales están desbordadas. Se reconocen incapaces para poder atender tanta demanda, que ha crecido un 48% por culpa de la crisis. Hay personas que acuden y que nunca antes lo habían hecho. Y también hay «pobres de ida y vuelta».

Es un término que suele utilizar Francisco José Sánchez Heras para referirse a aquellas personas que no han tenido más remedio que volver a pedir ayuda, cuando se creían que ya habían superado su necesidad, pero a lo peor se han quedado en el paro. Su situación es frágil. «Antes Cáritas atendía a pobres, ahora atendemos a nuestros vecinos», sostiene el nuevo director de esta organización eclesial. El 17% de las familias asistidas en 2010 eran primerizas en esto de pedir ayuda. Es difícil. Muy difícil. «Son personas que no están acostumbradas a pedir». Por eso Cáritas prima que no pierdan su amor propio, su estima.

Francisco Javier Sánchez es natural de Benaoján, en la Serranía de Ronda. Desde muy joven comenzó a trabajar con el Movimiento Rural Cristiano y siempre ha dedicado su vida a atender a personas con un alto grado de exclusión social, «siempre con los últimos de nuestra sociedad», por eso decidió estudiar Trabajo Social. «Y también me permitió conocer muy de cerca la labor que la Iglesia hace en la pobreza», admite.

Y ahora Cáritas se reconoce incapaz, limitada, impotente. No da abasto. Y eso llega incluso a crear inquietud y ansiedad en los voluntarios. «Vienen desesperados a pedir ayuda, convencidos de que la Iglesia les va a ayudar. Es el último recurso. Si no lo hacemos nosotros, quién lo hará. Y cuando quienes trabajamos en Cáritas vemos que tampoco podemos... Es muy difícil», señala.

Después de ejercer su labor asistencial en la barriada de García Grana o en el arciprestazgo de Melilla, en septiembre de 2009, el obispo Jesús Catalá le nombró subdelegado de Cáritas. Desde hace un par de meses es además su director. «Me considero un privilegiado porque puedo desarrollarme vocacionalmenete en el mejor medio posible», agrega.

Como Cáritas no renuncia a su vocación de servicio, necesita dinero para mantener su labor. Y por ello el viernes comenzó con una vigilia de oración de San Juan, una campaña extraordinaria que culminará el Jueves Santo con una gran colecta en todas las parroquias de la diócesis. «A más necesidad... más fraternidad», es el lema. El dinero se destinará íntegramente a las Cáritas parroquiales siguiendo un principio de solidariad. Además de esta colecta, los ciudadanos podrán participar en esta campaña diocesana a través de las cuentas bancarias que se han habilitado en Unicaja, La Caixa y BBVA; o directamente en las parroquias.

«Estamos muy esperanzados en esta campaña. La acogida está siendo muy positiva. Muchas entidades han mostrado su apoyo. Sabamos además de la solidaridad de los malagueños», confía el director de Cáritas. De hecho, las donaciones han aumentado en los últimos meses. Hay más socios que aportan donativos. Pero no ha crecido en la misma proporción que la demanda de ayuda económica. Los habrá pícaros, cómo no, pero la gran mayoría son necesitados de verdad. «En Cáritas creemos que la pobreza no es sólo la carencia de bienes materiales, sino también de hábitos sociales, de educación y de formación. A muchas personas que piden ayuda de forma crónica hay que ayudarles con planes integrales para que busquen empleo y aprendan a administrar su casa y gestionar el dinero que reciben». Eso también es Iglesia.

¿Por qué es el personaje de la semana?

La diócesis tiene 145 cáritas parroquiales que atienden a una media de 349 familias, cuando en 2009 eran 236. Esto significa que cada una atendió una media de 112 familias más que el año anterior. La demanda ha crecido un 48%. Cáritas necesita ayuda para seguir ayudando a los pobres. Por este motivo, ha presentado una campaña que concluirá el Jueves Santo con una colecta extraordinaria en todas las parroquias. «A más necesidad... más fraternidad».