El diseño de vida actual y los modelos deben cambiar, de lo contrario el problema de la diabetes será aun más precoz en las nuevas generaciones. Son palabras de Jean Claude Mbanya, presidente de la Federación Internacional de Diabetes (IDF), que ha visitado por primera vez España en el marco del XXI Congreso Nacional de la Sociedad Española de Diabetes que comenzó ayer y que se desarrollará hasta mañana sábado en el Palacio de Ferias de Málaga.

La Federación Internacional de Diabetes ha liderado a la comunidad mundial de la diabetes desde 1950. Actualmente aglutina a 200 asociaciones de 160 países y territorios de todo el mundo. El reto de la IDF del futuro es lograr el reconocimiento por parte de las instituciones de la diabetes como enfermedad crónica declarable. «Es un reto mental y cultural, no médico», explicó ayer el experto en una rueda de prensa previa a la conferencia inaugural del congreso.

Mbanya expuso que es un error relacionar la diabetes con sociedad del bienestar, ya que se está dando también en los países en vías de desarrollo. Es más bien una cuestión de hábitos, alimentación y falta de ejercicio, precisó.

Trescientos millones de personas tienen diabetes en el mundo y otras trescientos millones tienen altos riesgos de padecerla por obesidad, sobrepeso o hipertensión. Cada año aumenta el número de enfermos en cuatro millones. Y otros cuatro millones de personas mueren por esta enfermedad o sus consecuencias al año, tres cuartas partes en países subdesarrollados.

«La cuestión no es la elevación de la glucemia sino los problemas que genera como ceguera, amputaciones, insuficiencia renal o problemas cardiovasculares», afirmó el experto, que es catedrático de Endocrinología por la Universidad de Yaoundé (Camerún) y jefe de la Unidad de Endocrinología y Enfermedades Metabólicas del Hospital Central de Yaoundé.

Uno de los principales problemas de esta enfermedad es el elevado coste sanitario que conlleva: 300.000 millones de dólares al año en el mundo y 100.000 millones en Europa. «La diabetes empobrece notablemente a los países en vías de desarrollo por el impacto económico que supone hacerle frente a esta enfermedad. Además, allí hay que pagar para recibir atención, por lo que el que no tiene dinero sufre las consecuencias de la enfermedad o muere», comentó. «Tenemos una oportunidad que es cambiar en nuestros hijos y nietos los cambios que hemos detectado que necesitamos», concluyó.

La Federación espera el apoyo de los líderes políticos de España

El presidente de la Federación Internacional de Diabetes (IDF), Jean Claude Mbanya, recordó ayer que España está dentro de la IDF a través de la Sociedad Española de Diabetes, y esperó que los líderes políticos del país sean sensibles en este objetivo internacional de lograr el reconocimiento de la importancia de la enfermedad como enfermedad declarable. El experto destacó el notable aumento de casos que se está experimentando en países subdesarrollados precisamente por los cambios en la alimentación y en los hábitos de vida. En Europa la prevalencia de la diabetes es de 8,3% y en África del 7,5%.

«Por ejemplo, en Camerún hace cinco años era de un 2% y se ha elevado en un quinquenio al 4%. Se ha duplicado en cinco años. En los próximos 15, en Europa aumentará un 14% y en África será de un 80% el incremento, el avance está siendo más rápido», dijo.