Los residentes extranjeros de la Costa del Sol suelen ser el colectivo que los políticos malagueños que viajan a las ferias de turismo de Londres, Berlín o Dubai se olvidan por el camino. Por suerte, este panorama está cambiando.

Es el caso de Nacho Mata, un economista malagueño que al comprobar cómo miles de guiris seguían sin saber demasiado de Málaga capital, puso en marcha el programa Málaga Sensaciones para dar a conocer la capital de la Costa del Sol, sobre la que todavía pesa el dudoso handicap de contar con un tren que sólo llega hasta Fuengirola –uno de los motivos que más aducen los residentes extranjeros para no visitarnos–.

Y Nacho Mata predica con el ejemplo. Si el año pasado fueron un grupo de 90 suecos y escoceses quienes conocieron la casa hermandad de la Esperanza y como es el mundo cofrade por dentro, en esta ocasión la expedición fue por entero escandinava, formada por 30 suecos, daneses y finlandeses, con la colaboración de la publicación sueca de la Costa Sydkusten.

«Me pidieron de nuevo Semana Santa y aquí estoy», explica el economista. El programa del Domingo de Ramos comenzó a las 12 de la mañana con la procesión de la Pollinica por la Alameda Principal. De ahí el grupo se marchó a la casa hermandad de los Estudiantes, en la que Pablo Ruiz les explicó cómo trabaja una cofradía, no sólo en los días previos a la Semana Santa sino durante todo el año. En la casa hermandad los visitantes pudieron admirar los tronos y posar para el fotógrafo bajo los varales del trono de la Virgen de Gracia y Esperanza.

Tras el almuerzo en el hotel Molina Lario los escandinavos presenciaron el paso de Lágrimas y Favores por la plaza del Obispo y la estación de penitencia del Dulce Nombre en la Catedral. La visita finalizó en la confluencia de la calle Granada con la plaza de la Merced para ver a la cofradía de la Humildad, antes de regresar en autobús a las 8 de la tarde. Un día completo.

En cuanto a la experiencia, Nacho Mata confiesa que es «un gustazo poder enseñar nuestra ciudad en un día así, a personas cuya cultura es muy diferente a la nuestra». El responsable de Málaga Sensaciones destacó también el respeto y la curiosidad mostradas por los visitantes, a quienes lo que más les llamó la atención fue «el contraste entre el bullicio de Lágrimas y Favores en la calle y la tranquilidad en la Catedral cuando pasó el Dulce Nombre».

Y dos curiosidades: en el grupo se encontraba un famoso actor sueco y para algunos de ellos ya era su segundo año en la Semana Santa de Málaga.

Quizás lo que mejor resume estas visitas escandinavas sea lo que dijo el año pasado el señor Leif Hellman, clarinetista sueco jubilado, junto al trono de la Esperanza: «Esto es exótico para nosotros pero también maravilloso».