La especie conocida como lobo marsupial, tilacino o tigre de Tasmania no cazaba como los carnívoros actuales persiguiendo a las presas a la carrera, sino en emboscadas. Ésta es una de las afirmaciones a las que han llegado investigadores de la Universidad de Málaga tras un estudio realizado durante varios meses examinando la anatomía de estos misteriosos animales ya extintos.

En concreto, el investigador de la UMA, Borja Figueirido, y la catedrática de Biología Evolutiva de la Universidad de Brown, Christine Manis, presentaron estas conclusiones tras analizar la articulación del codo y obtener distintas conclusiones que distan mucho de las investigaciones anteriores.

Según se extrae del estudio, publicado por la prestigiosa revista científica Biology Letters, el lobo marsupial mantuvo la condición anatómica ancestral típica de los cazadores actuales, como los tigres o los leones.

Precisamente por este motivo, Figueirido y Brown apuestan por utilizar preferiblemente el nombre de tigre de Tasmania, mucho más adecuado si se tiene en cuenta el parecido morfológico que guardan estos animales con los grandes felinos actuales.

Otra de las conclusiones más relevantes que se extraen de este estudio son los motivos que propiciaron la desaparición definitiva de estos animales. Si bien hasta ahora se pensaba que la introducción de los dingos ­-perros asilvestrados- en el continente austral habría desembocado en la competencia ecológica con los tilacinos, ahora Figueirido y Brown plantean dudas sobre esta afirmación.

Si definitivamente, tal y como afirman los investigadores de la universidad malagueña, los tigres de Tasmania no tienen lazos familiares con los carnívoros, los dingos y los tilacinos nunca rivalizaron por el alimento y por lo tanto, ésta no fue la causa de la extinción de los tilacinos.

Extinción

La misteriosa desaparición del tigre de Tasmania hace casi un siglo ha dado lugar a múltiples interpretaciones dentro de los círculos científicos.

Lo cierto es que el 7 de septiembre de 1936, el último tilacino en cautiverio murió en el Zoo de Hobart y 50 años más tarde de la desgraciada noticia, la especie fue declarada oficialmente extinta por un decreto internacional.

Entre 1830 y 1930 se pasó de la caza indiscriminada de estos animales por parte de los colonos británicos que llegaban a la isla de Tasmania a una carrera urgente por proteger la vida de los pocos ejemplares que se mantenían con vida. A pesar de que no se tienen datos contrastados sobre la presencia actual de los tilacinos en tierras australes, muchos testigos aseguran haber visto al animal en zonas despobladas del continente australiano.

En cualquier caso, este animal emblemático sigue siendo todo un enigma para los científicos, que luchan incansablemente por descubrir más detalles sobre esta especie.

Con respecto a este tema los autores de la investigación, Figueirido y Brown, mantienen cierto escepticismo en cuanto a los motivos que conllevaros a la extinción definitiva del tigre de Tasmania.