Algunos han optado por tramas rocambolescas. Otros han apelado directamente a admoniciones divinas. Hubo, incluso, quien confió en que la carta se extraviara. La convocatoria de las elecciones ha vuelto a traer de la mano la picaresca de los que intentan evadir su presencia en las mesas electorales, por más que se trate de la democracia y de una labor remunerada. Si en 2008, las excusas llegaron a 600 en la provincia, en esta ocasión el número se ha cerrado en 1.400. Un aumento cercano al 150 por ciento en sólo un trienio. Málaga vende muy caros sus domingos.

Según informó ayer el subdelegado del Gobierno, Hilario López Luna, la mayoría de las excusas aducidas por los malagueños para inhibirse de la responsabilidad, adjudicada por sorteo el pasado 23 de abril, han sido aceptadas por las autoridades. Eso significa que su planteamiento conecta con las circunstancias eximentes previstas por la ley, que establece salvedades en casos de fuerza mayor, discapacidad o compromiso ineluctable.

De los que han quedado exonerados este año, destacan las madres que no podrán asistir por lactancia, argumento plenamente viable durante los primeros seis meses del bebé. También se han presentado numerosas excusas relativas a bodas y comuniones, algo nada inusual en este periodo del año, aunque sí en las excepciones no amparadas por la normativa, que sólo se muestra generosa con los abuelos, padres, hermanos y padrinos de los protagonistas del convite.

La ausencia de la cita electoral, en el caso de los vocales y presidentes de mesa, que son los cargos elegidos aleatoriamente, constituye un delito castigado con un mes de arresto mayor y una multa que oscila entre los 180 y los 1.800 euros. Las autoridades no se muestran precisamente dubitativas en la aplicación del código. En los comicios de 2009, correspondientes al Parlamento Europeo, la Fiscalía presentó cargos contra diez personas.

López Luna, que presentó ayer el dispositivo electoral, perfilado ya en todos sus detalles, hizo un llamamiento a los elegidos para que se no declinen su responsabilidad el próximo domingo. Y no sólo por la responsabilidad judicial que acarrea, sino por el estropicio que representa para las elecciones. «Hubo un año en el que en una mesa no se presentó nadie, ni siquiera los suplentes», indicó.

A los que este tipo de argumentos no le conmueven, deben tener claro que engañar a la junta electoral no resulta fácil. Ni siquiera funciona el pretexto de no haber recibido la comunicación a tiempo. Correos tiene orden de hacer varios trayectos, y a diferentes horas, en caso de necesidad. Aun así hay quien no se rinde. Y con los medios más peregrinos, incluida la imaginación. La junta electoral acumula en este sentido una amplia experiencia en excusas cercanas al disparate. Desde cartas perfectamente redactadas en las que el elegido confiesa su analfabetismo hasta renuncias por tratarse de domingo, «el Día del Señor».

Según detalló el subdelegado, Málaga contará el próximo 22 de mayo con 5.583 miembros de mesa repartidos por 646 colegios electorales. La administración central ha invertido 1,065 millones de euros en la celebración de los comicios, una cantidad afecta a la contención y menor a la de 2007.