La nota de corte sigue siendo altísima y los alumnos que acceden a las carreras de Ciencias de la Educación (Enfermería, Fisioterapia, Podología o Terapia Ocupacional) son brillantes, pero desde este año, tras la modificación del decreto de admisión de universitarios, y según la decana del centro académico, la mayoría de los alumnos que ingresaron en primero proceden de la FP. Y eso asegura que se está notando en las notas. Al menos en las de las asignaturas del primer cuatrimestre, que ha suspendido más de la mitad de los estudiantes, cuando el porcentaje normal de suspensos apenas si llegaba al 3%.

¿Qué está pasando y por qué sólo en primero? María Teresa Labajos, decana de Ciencias de la Salud, considera que la matriculación masiva de alumnos procedente de ciclos formativos de grado superior a estas carreras es la causante. «Nosotros no podemos rebajar nuestros niveles de estudio y por eso las tasas de éxito, que superaban el 95%, se han visto drásticamente reducidas este año», explica. Si hasta este año en un curso de 65 alumnos ingresaban sólo dos procedentes de la FP –cuando accedían por un cupo específico– este año han ingresado medio centenar. «Son alumnos que vienen menos preparados que los de Bachillerato», señala la decana. «Sacar un diez en un ciclo formativo no es lo mismo que sacarlo en Selectividad», agrega, explicando a la vez que estos estudiantes hayan superado el elevado nivel de exigencia para poder acceder a alguna de estas carreras sanitarias, tradicionalmente de las más demandadas.

¿Ha podido tener que ver la adaptación a los planes de Bolonia en este aumento de los suspensos? Labajos lo niega. «Nuestros grupos siempre han sido reducidos y la metodología no nos ha afectado. En la Conferencia Nacional de Decanos de Facultades de Fisioterapia sabíamos que iba a pasar y así ha pasado», agrega la decana, que muestra su preocupación porque se pueda crear una «pelotera de repetidores» o porque aumenten las tasas de abandono de la carrera.

Perfil vocacional. Porque, entre otras cosas, sospecha que muchos de los que se han podido matricular no lo han hecho por vocación, «como lo hacía la gran mayoría de alumnos hasta ahora», dice. Por este motivo, el centro va a realizar un estudio de investigación entre los alumnos de primero para determinar el perfil vocacional y compararlos con el de otros años.

El vicerrector de Estudiantes de la Universidad de Málaga, Juan Antonio Perles, explica que, efectivamente, este año hubo un cambio en el decreto que establecía un único cupo de acceso general para los alumnos procedentes de Bachillerato y de ciclos formativos de grado superior, pero mientras que los primeros tenían que hacer la Selectividad (una fase general y otra fase específica si querían subir nota) a los segundos sólo les contaba la nota media lograda en su ciclo formativo, aunque eso sí, tenía que tener afinidad con la carrera elegida.

Este año, sin embargo, los alumnos de la FP tendrán que hacer una prueba específica de acceso. «El Ministerio está reconociendo de forma tácita que los estudiantes de FP tenían una ventaja», añade el vicerrector. «Ahora el alumnado de los ciclos formativos va a poder acceder a la Universidad, pero con mayor dificultad y aumentando los niveles de exigencia», asegura Juan Antonio Perles.

En cualquier caso, el vicerrector de Estudiantes insistió en que es necesario aplicar los proyectos que está preconizando el Gobierno para el reconocimiento de la FP en los grados universitarios. Además, según dijo, en la UMA, dentro del Campus de Excelencia Internacional, se trabaja también para lograr la integración de algunos ciclos formativos de grado superior en la educación universitaria, incorporando en este proceso también a las empresas, «que nos indican las necesidades formativas que necesita», para agregar posteriormente a estos estudiantes al mercado laboral, una vez obtengan su título.