Las carretas se han preparado con esmero desde hace tiempo. La ilusión y las ganas de recorrer Andalucía para ver a la Virgen del Rocío están intactas. Las neveras llenas para una larga semana de camino atravesando el campo, con polvo, sol y una fuerte convivencia para estrechar lazos y reflexionar sobre el año pasado. El objetivo está en la aldea del Rocío, pero importa tanto el destino como el camino, que no es accesorio. Es la preparación necesaria para vivir la procesión de la Virgen, en la madrugada del lunes 13 de junio.

Los primeros rocieros malagueños iniciaron ayer su peregrinaje desde la iglesia de San Miguel de Miramar. Fueron 400 malagueños de la Hermandad de La Caleta, que hicieron noche en Martiricos, en una primera jornada de sabor urbano y muy diferente de los días que van a vivir en contacto con la naturaleza y otros rocieros.

El Paseo de Miramar, Sancha y Reding han sido los primeros tramos de su camino, que supone el inicio de un peregrinaje festivo y alegre, porque es un motivo de celebración llegar a Huelva.

Hoy le seguirá la Real Hermandad del Rocío de Málaga, que iniciará su camino desde el oeste. En concreto, desde la iglesia de la Purísima. Primero a la basílica de la Victoria, para despedirse de la patrona. Luego continuarán hasta Sierra de Yeguas, donde los 560 peregrinos de esta hermandad pasarán su primera noche al raso.

Pero estos son sólo algunos de los rocieros que saldrán a hacer el camino. Desde Estepona, Marbella, Fuengirola, Vélez y Ronda también partirán grupos organizados, que se irán incrementando a lo largo de estos días con muchos malagueños provenientes de otros municipios y que se irán sumando durante el recorrido.

No serán los únicos. 107 hermandades cruzarán Andalucía durante esta semana como afluentes de un largo río que desembocará en la aldea del Rocío para celebrar que la advocación mariana a la que rezan saldrá a la calle.

Suso de Marcos

El escultor Suso de Marcos ha realizado dos imágenes para la parroquia de San Fernando, en El Cónsul. En concreto, son un crucificado y la imagen del titular del templo, que fueron presentadas ayer durante la celebración del segundo día del triduo en honor de su patrón.

La talla de San Fernando tiene de 192 centímetros de alto, está policromada con los colores originales de las vestiduras reales de la época y tiene su originalidad en la actitud: sus brazos se abren, y, mientras su mano izquierda ofrece a Dios su corona, en la mano izquierda sostiene su espada, que se ha convertido en una cruz.

El crucificado, de 80 centímetros de alto, es la representación de Jesús muerto en la cruz, clavado con los tres característicos clavos, pero no en las palmas de las manos sino en las muñecas.

Refranero

Esta semana ha recordado la verdad que esconde el refranero popular, compendio de la sabiduría de la experiencia: «Hasta el 40 de mayo, no te quites el sayo».