La Ciudad de la Justicia, inaugurada como la joya de la corona de los edificios administrativos de Andalucía en octubre de 2007, sigue siendo muy criticada por los más de mil funcionarios que cada día acuden al inmueble para trabajar. No en vano, tres sindicatos denunciaron ayer que hay decenas de afectados por síntomas compatibles con el síndrome del edificio enfermo, algo que la Junta negó, aunque ha ordenado al Centro de Prevención de Riesgos Laborales, dependiente de Empleo, que analice estos casos para determinar si hay relación.

El fuego cruzado lo abrió por la mañana la sección de Justicia del sindicato Comisiones Obreras, quien aseguró que varios trabajadores sufren síntomas propios de la dolencia. Entre ellos: urticaria crónica, faringitis, queratitis (inflamación de la córnea) y picazón en los ojos, la nariz y la boca. Ello estaría relacionado con las deficiencias constructivas del edificio o, mejor dicho, con los materiales que se utilizaron para levantarlo, los sistemas de ventilación, la cubierta de las paredes, la escasez de iluminación natural y artificial o la sobreexposición a aparatos electrónicos, etcétera...

El sindicato afirma que ya se ha detectado en una funcionaria lipoatrofia semicircular, una rara enfermedad por la que la afectada está perdiendo grasa en una pierna, «asociada directamente al síndrome».

Estos casos no son nuevos, indicó ayer el delegado de Prevención de CCOO, Juan José Sánchez, ya que desde 2008, cuando se produjeron las primeras denuncias, la central ya puso en conocimiento de la Inspección de Trabajo «los distintos problemas de salud». La tesis sindical es clara: no existe informe alguno que descarte que las afecciones de los empleados estén relacionadas con el síndrome, y tampoco se han hecho, desde 2008, reconocimientos médicos.

Tres decenas de afectados

Según Sánchez, en torno a 30 funcionarios se han quejado de picazón en los ojos o en la boca, amén de otros problemas. Ésa es la tónica general, como pudo comprobar ayer este rotativo. A quien se le pregunte refiere problemas idénticos.

Agustín Soler, presidente de la Junta de Personal, explicó: «La Ciudad de la Justicia es un edificio enfermo», pese a que no hubiera corroboración oficial; el responsable de SPJ-USO, Adriano Moreno, reseñó: «Cuando estaban en el Miramar, no había molestias de ese tipo; ahora sí».

Análisis

Es una ecuación sencilla, también para Juan Antonio Luque, responsable de STAJ: «Tenemos conocimiento de esas patologías y habrá que ver si provienen del edificio enfermo».

Los tres sindicatos coinciden: piden que una empresa independiente haga un informe sobre el edificio (todos apuntas a problemas con la ventilación), que la Junta haga lo mismo y que se efectúen, de nuevo, más reconocimientos. De hecho, el informe de un galeno entregado a este periódico por CCOO determina que el interesado, quien presenta los síntomas citados, sufre «el síndrome del edificio enfermo con afectación multiorgánica». El tratamiento: «Se recomienda cambio del puesto de trabajo». Es la primera vez que un sanitario reconoce expresamente que un empleado de la Ciudad de la Justicia está afectado por un mal que suele azotar a inmuebles viejos.

Informes previos

La Junta recordó ayer que tres informes realizados por entidades distintas al edificio, una vez inaugurado, concluyeron que la Audiencia Provincial «cumplía con las condiciones idóneas de salud laboral». Uno de estos estudios fue emitido por la Cátedra de Medicina Preventiva de la UMA.

Entre otros, se constataron parámetros como la calidad del aire y la humedad relativa, valores normales. La Junta aseguró ayer que el Centro de Prevención de Riesgos Laborales, que depende de Empleo, está realizando ya una valoración de los problemas de salud.

Se trata de establecer si esos síntomas son compatibles con la enfermedad, aunque, eso sí, la Junta rechaza de forma tajante que la lipoatrofia semicircular esté vinculada al síndrome.

Los sindicatos aseguran que varios funcionarios han pedido el traslado a Torremolinos.