Los datos son más que llamativos y ofrecen una visión real y numérica de la grave y dramática situación que atraviesan miles de personas en la provincia de Málaga. Más de 34.700 familias acudieron a Cáritas a pedir ayuda en 2010, lo que supone un aumento de casi el 50 por ciento en tan sólo un año (48%).

Un dato más que significativo es que el 17% de las familias atendidas el año pasado han ido por primera vez, mientras que otro 23% llevan acudiendo a Cáritas desde hace más de dos años. Detrás de esta cifra se halla el perfil de la nueva pobreza: el de una familia joven, con hijos, que nunca antes había tenido que acudir a ningún organismo o entidad a pedir ayuda social.

En cuanto a las necesidades, la ayuda para la alimentación ocupa el primer lugar en demandas (63%). Le siguen suministros (32%) y pago de vivienda (27%) –puede haber varias peticiones por parte de una familia–.

En cuanto a las respuestas ofrecidas por Cáritas éstas han sido de orientación e información (68%), ayuda para necesidades básicas (54%), suministros (9%) y pago de vivienda (6%), según los datos de la memoria del pasado año facilitado por esta organización de la Iglesia.

Ante la difícil situación que atraviesan centenares de familias, Cáritas Diocesana de Málaga destaca el enorme esfuerzo realizado por más de 1.200 voluntarios de cáritas parroquiales, que por su presencia en todos los barrios y pueblos de la diócesis, son quienes han ofrecido la mayor parte de estas ayudas. Otros 120 voluntarios desarrollan su labor en los centros sociosanitarios y 95, en los servicios generales.

De hecho, las Cáritas Parroquiales han estado absolutamente desbordadas por la demanda. Cada una atendió el año pasado una media de 112 familias más que el año anterior, lo que supone un aumento del 48%.

Una actividad que ha permitido a miles de familias malagueñas salir a flote y que, para ello, evidentemente, ha sido necesaria una financiación. De hecho, si se excluye a los centros sociosanitarios, que para su funcionamiento necesitan de una «gran cantidad de recursos económicos», la acción fundamental de Cáritas, en términos económicos, se desarrolla en esta actividad, la de ayuda directa e intervención social de las cáritas parroquiales.

La principal fuente de financiación de Cáritas son los socios y donantes. «Personas que confían en nosotros como cauce efectivo de caridad y solidaridad», resalta la institución de la Iglesia. Otros recursos proceden de las campañas institucionales como la que Cáritas lleva adelante por tercer año consecutivo, bajo el lema «Una sociedad con valores es una sociedad con futuro», que apela a la conciencia de ciudadanos, de personas, para invitarlos a construir un modelo de sociedad basado en valores que favorecen la dignidad de todos los seres humanos.

También Cáritas recibe subvenciones procedentes de convenios con las administraciones públicas, destinadas a los centros socio-sanitarios y a los talleres de formación. Respecto a los centros sociosanitarios se atendieron en 2010 a 441 personas: 161 en el centro gerontológico El Buen Samaritano; 21, en la casa de acogida Colichet; 13, en los apartamentos Tomás de Cózar; 133, en el Hogar Pozo Dulce; 59, en la casa de acogida Nuestra Señora de la Merced y 54, en los pisos de acogida para inmigrantes.