El nuevo presidente de la Diputación, Elías Bendodo, tiene claro que su mandato debe estar marcado por la austeridad, aunque confía en poder desarrollar proyectos que contribuyan a equilibrar la provincia. A la espera de saber las cuentas reales del organismo, insiste en que aplicará una «economía familiar» y espera contar con la colaboración del resto de administraciones.

Lleva una semana en el cargo, ¿se ha aclimatado ya a su nueva situación?

Estoy aterrizando todavía, la verdad es que la Diputación es muy grande, hay muchísimos trabajadores, muchísimas competencias, muchísima responsabilidad, muchísimos ayuntamientos… De momento seguimos aterrizando, los diputados tienen asignadas ya sus delegaciones correspondientes, se van informando de la situación en la que recibimos el gobierno… La semana que viene informaremos de la situación económica en que está la institución y a partir de ahí empezaremos a tomar las primeras medidas.

A primera vista, ¿cómo han encontrado la economía de la institución?

No lo sé. Ninguna administración está en buenas condiciones y la Diputación tampoco. La deuda supera los 165 millones de euros, que se dice pronto, es una cifra preocupante y al final tenemos que intentar hacer más cosas y apretarse el cinturón. Nuestra primera medida va a ser un plan de austeridad, que presentaremos en el mes de julio y la primera medida será mía, bajarme el sueldo en torno a un 20%.

El nuevo organigrama va a depender de dos grandes áreas. ¿Quieren hacer un cambio radical en la forma de gobierno?

Hay que reducir y aplicar la austeridad. Hemos pasado de tres vicepresidencias ejecutivas a dos y hemos pasado de cuatro grandes áreas de gobierno a dos. Ya en nuestro programa en la campaña electoral hablábamos de dos grandes ejes, la Diputación de los ayuntamientos y la Diputación de las personas. Pues cada una de esas grandes áreas será una vicepresidencia ejecutiva, la de los ayuntamientos será la dedicada a modernización local y la Diputación de las personas estará centrada fundamentalmente en temas de ciudadanía. Eso es lo que vamos a trabajar para intentar reducir tareas administrativas y burocracia, para que de alguna manera la Diputación sea una herramienta útil.

En su equipo repiten algunos diputados, pero se han renovado muchas caras.

Es un equipo muy bueno, muy preparado, con muchísima ilusión y muchas ganas, que le está dedicando muchísimas horas desde el primer día. La gran mayoría ha tenido responsabilidades de gobierno en sus ayuntamientos y ahora esa experiencia la van a aplicar a nivel provincial. Es un equipo bien estructurado que va a conseguir que la Diputación suene muy fuerte.

¿Se van a mantener proyectos del equipo anterior como el plan de concertación?

Sí. La concertación fue un consenso entre todos los grupos, ya que de alguna manera todos los municipios se benefician. Con las cosas que funcionan lo que vamos a hacer es mejorarlas y en eso ya estamos trabajando.

¿Y la bienal de flamenco?

La Diputación tiene que adaptarse a la realidad actual y a su realidad propia. No podemos gastar más de lo que ingresamos. Vamos a administrar la Diputación como una economía familiar, no vamos a gastar ni un céntimo más de lo que se ingrese, este año ya el déficit que deja el gobierno saliente es muy importante, posiblemente por encima de los 20 millones de euros en el presupuesto vigente de 2011. Evidentemente, la Diputación tiene que trabajar en el tema de flamenco, pero creo que se puede hacer con más austeridad, con más eficacia y contando más con el sector.

¿Seguirá la figura del Defensor del Ciudadano?

Todavía no hemos tomado decisiones en ese sentido. Estamos recabando información y creo que este verano empezaremos a tomar decisiones.

Y tienen pendiente nombrar a los gestores de órganos como la Generación del 27…

Nos faltan todos los órganos. En el caso de la Generación del 27 queremos implicar a los poetas malagueños, a personas representativas del mundo de la cultura. Ahí vamos a sorprender.

La austeridad va a marcar este mandato, pero ello puede dificultar que se pueda trabajar en paliar déficits de la provincia, como por ejemplo la red de carreteras…

El vicepresidente de Modernización Local, en colaboración con los trabajadores de vías y obras, ya está elaborando un plan provincial de carreteras 2011-2015, donde queremos dar un repaso general a todas las carreteras provinciales y ponerlas en perfecto estado de revista. Presupuestariamente no estamos muy boyantes, pero yo creo que la red viaria de la Diputación tiene que mejorar, fue una de las grandes cuestiones abandonadas por el anterior equipo de gobierno y ahí se pueden hacer muchas cosas.

Vienen años difíciles.

Sí son difíciles. La verdad es que hay que tener mucha imaginación y vamos a intentar hacer más con menos.

¿Se pueden combinar austeridad y mejoras?

Se puede hacer. Yo creo que aquí se han gastado en cuestiones que pueden ser prescindibles. Lo que se trata es de priorizar mejor y eso es lo que queremos hacer, tenemos menos pero hay que priorizar mejor. No podemos hablar de grandes lujos cuando hay municipios que no tienen ni sus aguas depuradas.

¿Espera contar con la colaboración de otras administraciones?

Espero la colaboración leal de la Junta de Andalucía y del Gobierno central, pero no sólo con la Diputación, sino con todos los ayuntamientos de la provincia. Esta legislatura debe servir para marcar definitivamente la solución a la financiación local. Lo que no puede ser es que la Diputación y los ayuntamientos, como administraciones más cercanas, asuman cantidad de competencias impropias. Hay mucho que hacer, sobre todo en el sentido de redefinir el papel de las diputaciones. Nosotros apostamos por las diputaciones, creemos que no hay mejor administración que los ayuntamientos y las diputaciones que apliquen tan bien una economía de escala. Otros que plantean su desaparición han agotado su discurso, es decir, IU, de forma clara, y el PSOE, con matices, aunque seguro que avanzará y pedirá su desaparición. Con esos mensajes ha desaparecido ya su discurso para toda la legislatura.

¿Y habrá entendimiento con la oposición?

Siempre he entendido que desde el diálogo se consigue más que desde la confrontación. Por tanto, el diálogo va a ser fluido en la medida en que ellos quieran que sea fluido. Pero si hay un partido que su único mensaje en la investidura es que las diputaciones tienen que desaparecer, poco diálogo vamos a tener, y lo digo por Izquierda Unida. El PSOE tiene complicada la tarea de oposición, proponer cuestiones que pudieron hacer en los últimos doce años, tienen que proponer cosas nuevas. Pero en principio tiendo la mano a los dos grupos.

¿Qué política de urbanismo seguirá el nuevo gobierno?

Queremos que la Diputación sea la gran oficina de asesoramiento de los pequeños municipios. Hay un diputado dedicado exclusivamente a urbanismo, y le adelanto que vamos a incorporar a una persona experta en estos temas para asesoramiento a alcaldes y concejales. Coordinará una oficina técnica y será Juan Ramón Casero, que ha sido concejal de Urbanismo en el Ayuntamiento de Málaga y es un dirigente político con mucha experiencia.

En las primeras semanas de legislatura, son muchos los ayuntamientos que hablan de situación de quiebra. ¿Puede hacer algo la Diputación por ellos?

Los ayuntamientos que nos estamos encontrando en mala situación da la casualidad de que eran socialistas. Las diputaciones hoy día juegan un papel fundamental y por ejemplo la de Málaga tiene muchas funciones, entre ellas puede colaborar en reflotar a los ayuntamientos, ya lo hemos hecho con un adelanto del Patronato de Recaudación a Estepona. Y luego dicen que las diputaciones no son útiles… Yo creo que los socialistas que dicen eso deben reflexionarlo mucho, lo que está claro es que el modelo socialista no es útil. El modelo popular que queremos aplicar de austeridad, elemento vertebrador y equilibrio en los 101 municipios es lo que necesita la provincia.

¿No cree contraproducente que se insista tanto en la mala situación económica de los arcas municipales?

Creo que es bueno que se diga la realidad, que se diga cómo encontramos esto. Al final los gestores socialistas han demostrado mucha incapacidad, son un claro ejemplo de cómo ha gobernado Zapatero este país. El reflejo lo vemos en muchos municipios, que han trasladado las políticas de Zapatero y han dejado los ayuntamientos en quiebra, Vélez Málaga, Ronda, Coín, Estepona, Mijas… le pongo cinco ejemplos que son, seguramente, un desastre.

Los últimos gobiernos de la Diputación han insistido mucho en la necesidad de romper la brecha abierta entre la Costa y el interior, algo que aún no se ha logrado.

El gran reto es equilibrar la provincia, articular una provincia homogénea, que no haya desequilibrios entre la Costa y el interior. Ambos son perfectamente compatible, aunque es cierto que ahora tenemos que apostar más por el interior porque le hace falta, tiene más necesidades. Nuestra gran prioridad serán los municipios menores de 20.000 habitantes. Creo que podemos construir una provincia justa, equilibrada, igualitaria, donde un vecino de la costa y uno del interior tengan las mismas oportunidades. Quiero que ésta sea la Diputación de las oportunidades, la Diputación donde las personas vean que aquí estamos para resolver sus problemas y que actuamos como elemento vertebrador.

¿Va a ser un presidente de despacho o de calle?

De calle. He aprendido en los quince años que llevo en la vida pública que el mejor despacho es la calle, con la gente. Así lo practiqué siendo concejal de distrito y de distintas áreas en el Ayuntamiento de Málaga y ahora quiero que mi despacho esté en los 101 pueblos, en sus calles.