La playa de El Dedo, ubicada en la zona de El Palo, en la capital, fue el escenario ayer de un simulacro protagonizado por los vigilantes del servicio de salvamento y socorrismo. Se realizaron varias pruebas de rescate con el objetivo de que los bañistas, que disfrutaban de un día de playa cálido y soleado, recibieran unas nociones básicas sobre distintas técnicas de soporte vital básico y actividades preventivas en salud. Las jornadas estaban organizadas por la Asociación de Expacientes de la Unidad de Medicina Intensiva del Hospital Clínico de Málaga (Expamui), con la colaboración del Ayuntamiento.

Ante la atenta mirada de medio centenar de bañistas profesionales sanitarios, socorristas y actores, realizaron un total de tres simulacros: uno de ataque cardíaco, otro de ahogamiento y un último de atragantamiento, con el objetivo de mostrar qué se debe hacer en caso de una emergencia. Así, si un bañista sufre, por ejemplo, un infarto, lo primero que hay que hacer es dejar espacio para que la víctima pueda respirar y, rápidamente, llamar al 061 para pedir auxilio. Tras comprobar si respira, debemos proceder a la realización del masaje cardíaco. Para ello, debemos situarnos al lado del enfermo y presionar con los brazos rectos, las manos juntas y los dedos entrelazados, a la altura del corazón dejando caer el peso del cuerpo en el cuerpo de la víctima hasta llegar a 30 compresiones y dos insuflaciones. Así habrá que continuar hasta la llegada del 061. Una vez se personan los efectivos sanitarios, éstos deberán proseguir con el masaje cardíaco. En el momento en que se recupera el ritmo cardíaco, los profesionales decidirán qué tratamiento habrá de seguir el paciente.

El segundo simulacro consistió en la representación de un ahogamiento. Si un bañista se lanza al agua y divisamos que algo le impide volver a la orilla, ¿cómo debemos actuar para salvarle la vida? Lo primero que debemos hacer es acudir al punto de salvamento más cercano. Así, el socorrista avisará inmediatamente a otros compañeros con el fin de poner en marcha el operativo de salvamento. Dado que no sabemos en el estado en que se encuentra la víctima, es fundamental que intervengan varios socorristas, y uno de ellos en moto de agua para trasladar a la víctima rápidamente a la orilla. Además, uno de los socorristas deberá colocarse justo encima del bañista para evitar dañar su columna vertebral. «La gente joven se lanza al mar desde grandes alturas sin prever que pueden resultar heridas por el impacto con el agua», comentaba Lucas Porras, miembro del equipo de coordinación del operativo de Playas.

Por último, los profesionales sanitarios realizaron un simulacro de atragantamiento, donde además se ofrecieron distintos consejos a los espectadores como, por ejemplo, comer despacio, en trozos pequeños y evitar hablar durante la comida. Asimismo, indicaron que a la víctima no se le debe dar bajo ningún concepto agua ni ningún otro alimento, sino presionar su vientre hasta que expulse el alimento.

Afortunadamente, según apuntaba Lucas Duhour, miembro del equipo de coordinación del operativo de playas, «cada año se dan menos accidentes, porque actuamos más con la prevención, dado que es la mejor forma de evitar este tipo de situaciones».

Las playas malagueñas cuentan con 21 torres de vigilancia y un operativo integrado por 40 personas. Además, a este equipo de personal se une un dispositivo compuesto por cuatro embarcaciones y dos motos de agua. Este operativo, que funciona desde el 15 de junio, se mantendrá hasta el 15 de septiembre.