La Autovía del Mediterráneo no es segura y la única forma de que los conductores no se jueguen la vida en ella es que levanten el pie del acelerador. No hay otra. El Ministerio de Fomento, titular de la vía, no ve alternativa. Por eso ha decidido cambiar las señales y reducir la velocidad máxima permitida, antes 100 kilómetros por hora y ahora 80. «La presión urbanística de la zona no permite modificar el trazado», explicaron a La Opinión de Málaga fuentes del Ministerio. «No podemos incorporar carriles de aceleración ni de deceleración como necesita», añadieron.

Es una medida preventiva. La A-7, que atraviesa toda la Costa del Sol, «no es una vía con siniestralidad alta», reconocen. Pero, si es posible, es mejor evitar los accidentes. Especialmente, en verano, fecha en la que el número de usuarios diarios de esta carretera crece por encima de su media anual. De ahí, que la nueva limitación haya entrado en vigor hace apenas una semana. «Si procuramos que haya menos percances, el mejor momento para que entre en vigor es ahora», indicaron.

Proyecto inacabado

La antigua carretera nacional 340 es en la práctica una travesía. «Se ha convertido en un vía urbana por la que pasan coches de largo recorrido», definieron las fuentes consultadas. De ahí las obras de esta misma autovía a su paso por el núcleo marbellí de San Pedro Alcántara, recordaron. «Pero es que no podemos soterrar toda la autovía», justificaron. Las mejoras inicialmente proyectadas no podrán ni siquiera comenzar.

«Estamos desarrollando un proyecto para adecuar las autovías a la actualidad. Es un plan denominado autovías de primera generación», advirtieron. Pero la A-7 no entrará finalmente en este proyecto. La presión urbanística no permite eliminar curvas ni evitar las «entradas cortantes», según reconoce Fomento.

En el caso de esta vía, «hay muy poca distancia entre salida y salida. Tiene que haber una distancia mínima que en el caso de este vial no se cumple». Eso la convierte en una autovía peligrosa en los tramos señalizados a 80, que se extienden sobre alrededor de 25 kilómetros.

La restricción de velocidad fue una iniciativa sorpresiva para los conductores. Representantes institucionales y de colectivos de toda índole aseguraron haber conocido la noticia a través de este diario. Los alcaldes de los municipios afectados, Estepona, Marbella, Mijas y Fuengirola, mostraron su indignación por ello.

«No tenemos por qué avisar. El usuario ya se entera con las señales», advirtió Fomento. «No es una medida tan drástica como para tener que hacerlo», completó. No obstante, el Ministerio se mostró abierto a hablar con cuantos cargos públicos o privados lo requieran.