Once años después del asesinato del que fue concejal del Partido Popular en el Ayuntamiento de Málaga José María Martín Carpena, sus familiares, amigos y compañeros aún le recuerdan y ayer le prestaron un sentido homenaje en el Parque Cementerio de Málaga con ofrendas florales y un minuto de silencio que sólo rompió al final una oración del Padre Nuestro.

A este acto asistieron el presidente del PP andaluz, Javier Arenas, y otros miembros del partido como la vicesecretaria general de organización, Ana Mato, el presidente de la Diputación de Málaga, Elías Bendodo y el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, junto con numerosos concejales del Consistorio y antiguos compañeros de Martín Carpena.

Javier Arenas aseguró que los miembros de su partido tiene «la obligación» con la familia de Martín Carpena para «que no se pierda su memoria y dentro de muchos años cuando se escriba la historia de la Málaga democrática, José María esté en esa historia como una persona que ejerció su vocación de servicio público» y afirmó, además, que los amigos de los «terroristas asesinos» están en las instituciones del País Vasco, «lo que yo creo que es un monumental error» y que los ciudadanos «tenemos que hacer algo» para evitar esta situación.

Asimismo, Arenas recordó que «la atrocidad de ETA no tiene fecha de caducidad», por lo tanto, «esta cita se hace en memoria de José María Martín Carperna y de todas las víctimas de terrorismo en España».

Siempre en el recuerdo

Por su parte, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, dedicó unas palabras de afecto y recuerdo hacia «un compañero y un malagueño ejemplar» en su dedicación en el Ayuntamiento de la capital, «querido por todos», al que la banda terrorista ETA «le arrebató la vida absurdamente y criminalmente» y que con ésto creó «un vacío en el ámbito de su familia, de sus amigos y de la propia corporación».

De la Torre añadió que nunca lo olvidarán y que «siempre será un estímulo para hacer las cosas lo mejor posible, como él trataba de hacerlas y conseguía hacerlas», al mismo tiempo que valoró su «sentido de servicio al ciudadano, y de cercanía al ciudadano».

Señaló también sus ganas de trabajar para que «su sangre derramada no sea inútil en el sentido en que seamos capaces de tener una democracia donde haya unas leyes que se cumplan».