Por primera vez en más de una década la Virgen del Carmen Coronada no pudo relizar su tradicional procesión marítima por las aguas de la bahía. Los responsables de la Virgen del Perchel decidieron no aventurarse con la imagen más allá de la bocana del puerto debido al fuerte oleaje que hubo ayer en la costa malagueña.

A pesar de este incidente, la Señora salió en procesión por las calles de Málaga acompañada de una marea de seguidores emocionados que, al igual que todos los años y como es tradición, la acompañaron con devoción en una intensa jornada que duró desde el la mañana hasta la madrugada.

A las ocho de la mañana desde su sede canónica, la imagen de la Virgen Coronada del Perchel salió en rosario de la aurora portada por los miembros de la Asociación del Carmen de Submarinistas que recogieron la corona y los escapularios expuestos durante toda la novena a los pies de la Virgen; los mismos que rescataron poco después a la pequeña imagen de bronce que recibe culto submarino en su capilla del Roqueo del Perro.

Desde el barrio del Perchel, los hermanos de Humildad y Paciencia tomaron el relevo y llevaron a la imagen en procesión hasta la Catedral de Málaga escoltada con sus remos y por una desbordante marea humana que rezaba el rosario.

La procesión

Tras el final de la Eucaristía oficiada en la Catedral , pasadas las once de la mañana, la Virgen bajaba las escaleras del templo con sus primeros portadores cargándola a pulso mientras la banda de la Expiración la acompañaba con sus instrumentos interpretando el himno nacional seguido de la Salve Marinera –Coronación de Nuestra Señora del Carmen– del compositor Eloy García.

El calor era un suplicio más que debían de soportar los seguidores de la Virgen en esta fiesta de religiosidad popular. Algunos de ellos, cumpliendo penitencia por sus promesas a la Señora, andaban descalzos y con los ojos vendados, otros llevaban claveles de distintos colores como ofrenda y varios la llamaban guapa y gritaban «viva la Virgen del Carmen».

Una cruz guía abría el paso a la comitiva junto con los estandartes y banderas de la Virgen; la seguían los miembros de la Comandancia de Marina de Málaga, tras ellos, algunos cofrades junto con el Hermano Mayor, Pedro Jiménez, el grupo dalmático y los acólitos turiferarios que incensaban el camino.

Los ocho portadores del pedestal iban escoltados por los remos, la banda y la gente que, tras cruzar la calle Molina Larios, la avenida de la Alameda y llegar al Edificio de la Autoridad Portuaria, se abalanzaron sobre la Virgen para poder tocar su manto con algunos objetos personales como medallas o estampas religiosas.

La Virgen fue expuesta ante la gente hasta su embarque a las seis y media de la tarde en el remolcador veinticuatro, momento en el que los hermanos de la cofradía decidieron no sacar a la imagen más allá de la bocana del puerto.

Tras este incidente, los portadores la subieron al trono que ofrecía un nuevo frontal tallado y unos remates en plata. Al caer la tarde, y tras su paso por el puente de la Misericordia, fueron los fuegos artificiales los que anunciaban que la Virgen del Carmen había regresado al barrio del Perchel.

La calle Ancha del Carmen estaba engalanada con un arco de bombillas que fueron instaladas por el Ayuntamiento de Málaga y la desinteresada colaboración del grupo de jóvenes Daffari, que han sido los encargados de colocar reposteros, anchas y banderillas por toda la calle.

Por su parte, los submarinistas también suspendieron la procesión marítima aunque consiguieron sacar a su patrona tallada en bronce de su hornacina subacuática y realizaron el resto del itinerario previsto en tierra.

La Virgen estrena dorado en el trono

Después de la novena en su honor durante la última semana, la Virgen del Carmen de Huelin salió ayer en procesión a las siete de la tarde desde la iglesia de San Patricio hasta la playa de San Andrés, donde la embarcaron para bendecir las aguas.

Dos años después de estrenar su nuevo trono, obra de Rafael Ruiz Liébana y que destaca por sus por su decoración con símbolos alusivos al mar, los devotos de la Virgen de Huelin pudieron contemplar un nuevo dorado que recubría el cajón en el que procesionaba.

Este barrio malagueño, de gran tradición marinera, se echó ayer a la calle para ver a su Virgen portada por hombres ataviados a la usanza marenga y escoltada, a su vez, por remeros.