La Diputación de Málaga es la institución provincial de Andalucía que más demora sus pagos a proveedores, según se desprende del informe de fiscalización de la Cámara de Cuentas correspondiente a 2008, que fija el plazo medio de abono por parte del organismo en 118 días. Un plazo significativamente más alto que el que compromete a la diputación más ágil con sus obligaciones en la región, la de Sevilla, que da cuenta de sus pagos en un promedio no superior a las tres semanas.

El retraso en el pago de la institución contrasta, sin embargo, con su rapidez en el cobro, que apenas alcanza un día; el periodo más bajo, junto a Córdoba, de Andalucía.

El informe, que mide también la actividad económica de los ayuntamientos de más de 50.000 habitantes, a excepción de Estepona, que se inhibió por sus problemas políticos, señala también a Málaga, al lado de Huelva, como la única de las diputaciones que incumple el acuerdo de estabilidad presupuestaria. En el periodo radiografiado por la Cámara de Cuentas, la institución elevó su deuda un tres por ciento hasta situarla en 192 millones, un incremento que está dentro de la media del resto de organismos, aunque, eso sí, con la diferencia de un cuadro de desequilibrio una vez liquidado el presupuesto de 2008.

El trabajo habla asimismo de un déficit de ejecución tasado en 0,71 millones de euros. Además, describe a la Diputación de Málaga como la que menos invierte por habitante, con un promedio de 37,02 euros, once por debajo del valor del conjunto de Andalucía. Una situación que se repite en el caso del ingreso per cápita, en el que también destaca Málaga por la modestia de sus números, 157,92 euros frente a los 293,34 de Córdoba o los 283,25 de Jaén.

Como contrapeso a estas cifras, el informe opone la capacidad de la Diputación de Málaga para reducir las obligaciones pendientes de pago al cierre del ejercicio, que en el año fiscalizado por la Cámara de Cuentas, se elevó al 35 por ciento, la proporción más alta de la región.

El organismo, no obstante, alerta a la institución, al igual que a los ayuntamientos de Fuengirola y Benalmádena, de la conveniencia de deshacerse de entidades dependientes que se han quedado sin presupuesto y sin actividad. A Benalmádena le da además un toque de atención por la cuantía de su deuda, que resulta un 110 por ciento superior a la de sus ingresos corrientes, si bien es cierto que se trata de uno de los municipios que más ingresa por habitante.

En lo que respecta a los gobiernos locales, la Cámara de Cuentas alude a Marbella y Mijas por su elevado desfase de tesorería, aunque también sitúa a ambos consistorios entre los que se arrogan mayor nivel de ejecución de proyectos. A Marbella y Torremolinos, por ejemplo, les corresponden los mayores gastos por habitante de Andalucía. Además, el primero de ellos, afectado en años anteriores por las tropelías de los Gil, destaca por el incremento de su inversión per cápita, que en el año fiscalizado llegó al 461 por ciento. La deuda de los ayuntamientos andaluces subió, en general en 2008, un 9 por cien.