Tras más de siete años de debates sobre el Plan General de Ordenación Urbana de Málaga (PGOU), el Ayuntamiento celebró ayer una sesión urgente del pleno para someter a aprobación el documento con la subsanación de los 27 puntos señalados por el Gobierno andaluz. El texto salió adelante con la mayoría absoluta del equipo de gobierno del PP, ya que los concejales socialistas se abstuvieron y los de IU votaron en contra. No hubo ninguna sorpresa.

Tras la aprobación de ayer, solo queda remitir el texto a la Dirección General de Urbanismo de la Consejería de Obras Públicas de la Junta de Andalucía, que lo revisará y enviará para su publicación al Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) y su correspondiente entrada en vigor, prevista entre el 10 y el 15 de agosto.

Para cumplir esas previsiones, el pleno de ayer se convocó con carácter urgente. Una premura que se reflejó también en las intervenciones de los tres grupos municipales. Aunque cada portavoz de los grupos municipales agotó el tiempo permitido, más un pequeño cuartelillo que «con discreción» les dio el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, fueron claros y concisos. Después de tanto tiempo, poco nuevo tenían que decir.

Los portavoces del PSOE e IU, María Gámez y Pedro Moreno Brenes, respectivamente, criticaron que el PP no haya previsto en el plan más metros cuadrados para viviendas de protección oficial (VPO), para equipamientos y zonas verdes. Asimismo, acusaron al grupo popular de redactar un plan «anclado en el pasado».

Lo que para el alcalde es una «apuesta decidida» por las VPO, que supondrán un 41,4% de las nuevas viviendas previstas, para los otros dos grupos es limitarse a cumplir con la exigencia legal. El PGOU prevé más de 70.000 viviendas, de las que 42.776 son nuevas y el resto estaban ya previstas en 1997. Una cantidad duramente criticada por Moreno Brenes, quien consideró que el problema no es la existencia de viviendas físicas, sino en que muchas familias no tienen recursos para acceder a una VPO.

Gámez incidió mucho más en que el plan «no plantea una visión de futuro», sino que «continúa en la misma línea del pasado», donde «todo espacio libre es susceptible de ser construido». Un reproche que el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Málaga, Diego Maldonado, intentó desmontar durante el pleno, en el que actuó de portavoz del PP. Así, recordó a Gámez que el PSOE colaboró en la aprobación del plan de 1997, del que el nuevo es heredero.

Inversión y empleo

Por su parte, el alcalde aseguró que el nuevo PGOU configura Málaga como una «gran metrópolis» y, aunque reconoció que el documento es «expansivo», afirmó que insiste en la regeneración urbana. Entre otras de las virtudes del plan destacadas por el regidor destacan la previsión de los mil millones de euros de inversión que supondrán las nuevas infraestructuras que se pondrán en marcha a partir de la entrada en vigor del plan, así como «las decenas de miles» de puestos de trabajo que se crearán durante los primeros años.

Respecto a la abstención del PSOE, que Gámez excusó en un «ejercicio de responsabilidad hacia una ciudad que no puede esperar más», De la Torre aseguró que es algo que no acaba de entender después de «palabras de elogio» que la actual ministra de Medio Ambiente, Rosa Aguilar, dedicó al plan cuando ostentaba el cargo de consejera de Obras Públicas de la Junta de Andalucía.

Otro punto de debate fueron los convenios urbanísticos, entre ellos los de Martiricos, La Térmica y Repsol. Moreno Brenes aseguró que esconden acciones «claramente especulativas», mientras que Gámez pidió que se reorganice su gestión ya que, ante la actual situación económica, es «poco probable que se desarrollen en los términos en los que se firmaron». A este respecto, el alcalde reconoció las dificultades, pero aseguró que defenderá los intereses de la ciudad y no los de las empresas por lo que habrá que cobrar lo pactado «y pronto».

Cara al futuro, Moreno Brenes confió en que futuros resultados electorales puedan recomponer la «situación disparatada» del urbanismo malagueño. Por su parte, Gámez indicó que, aunque el plan esté aprobado, seguirá haciendo propuestas para que mejore «aunque sea a posteriori». Parece que del debate sobre el PGOU se extenderá más allá de su aprobación.