El vicesecretario de Política Económica del PP-A, Rafael Carmona, reveló ayer que su partido ha descubierto, al entrar a gobernar en la Diputación de Málaga, la existencia de un total de 20 tarjetas de crédito Visa que estaban «para libre disposición» de la entonces directora gerente del Patronato de Turismo de la Costa del Sol, organismo dependiente de dicha institución, Ana Gómez. Con ellas se realizaban «pagos en peluquería, farmacia y supermercados», lo que ha llevado al PP a criticar «que haya tarjetas para todo, incluso para disponer de dinero líquido».

Ana Gómez, tras recordar que ya ha hecho «varias» declaraciones sobre estas acusaciones, aseguró a este periódico que hace un año que no usa la tarjeta, porque ya la devolvió. «Si no tenía Visa difícilmente podía gastar dinero. He liquidado todas mis cuentas en el Patronato y ya están saneadas», añadió la exgerente, quien matizó «que sigan diciendo lo que quieran».

En este sentido, Carmona señaló que con dichas tarjetas se realizaban «continuas sacadas de dinero» de cajeros automáticos, «con las correspondientes comisiones», algo que no se explica «si el argumento para justificar las tarjetas de crédito es afrontar gastos de viaje sin necesidad de llevar dinero líquido», a la vez que señaló que «hoy se puede contratar todo sin necesidad de una tarjeta de crédito».

Según los datos facilitados por el PP que resumió Rafael Carmona, con cargo a las tarjetas «a libre disposición» de Ana Gómez figuran gastos en «peluquería, farmacias, supermercados, gasolina, autopistas, taxis, trenes y restaurantes».

Concretamente, Carmona resaltó un gasto de 4.276 euros en un restaurante el pasado 12 de mayo, así como desembolsos «muy llamativos» y superiores a los 200 euros en peluquería, a la vez que subrayó que la media de gastos mensuales de estas tarjetas «estaban en torno a los 7.000 euros». Además, indicó que «no es razonable» que haya «gastos de farmacia en un mismo mes», por lo que se pregunta «si se renovaba cada semana el botiquín del Patronato de Turismo de la Costa del Sol o es que las tarjetas se usaban para comprar artículos de uso personal». Así, aseveró que «no puede ser que un organismo público entregue una tarjeta Visa para libre disposición de nadie», porque luego «se usa para todo».