Los recortes en las inversiones en I+D+i ya se están dejando notar en la Universidad de Málaga. La Junta de Andalucía debe algo más de 2,7 millones de euros a 28 grupos de investigación de la institución académica malagueña desde el pasado mes de marzo y mantiene en vilo la actividad de unos 115 investigadores. La falta de dinero es evidente, no sólo por el hecho de que para la convocatoria de los proyectos de excelencia de este año ya se había anunciado una rebaja del 15% con respecto a la anterior edición, sino que, como explica el vicerrector de Investigación de la UMA, José Ángel Narváez, porque en lugar de salir en enero, como estaba previsto, salió el 9 de marzo.

Esta situación compromete uno de los pilares en los que se asienta la labor académica de cualquier universidad. Para más «inri», la convocatoria para contratar a becarios y a personal postdoctoral también se ha retrasado y salió la semana pasada cuando la resolución se esperaba al mismo tiempo que la orden, así que, con los meses de verano de por medio, es muy probable que no se puedan incorporar hasta el mes de octubre, en el mejor de los casos. Así que, prácticamente, los grupos han perdido el año.

«Sin dinero no se puede seguir trabajando», se lamenta Narváez, que informó igualmente de que la Universidad de Málaga ha tenido que adelantar a cada grupo, al menos, un 10% del dinero que le adeuda la Junta, para que puedan ir funcionando mientras que reciben la subvención. Ese dinero tendrá que ser devuelto, «ya que la situación de la UMA tampoco es muy boyante en este contexto de crisis».

La mayoría de los equipos afectados por esta demora se dedican especialmente a las tecnologías de la información y la comunicación, según explicó el vicerrector.

José Ángel Narváez informó igualmente de que la Consejería e Innovación, Ciencia y Empresa de la Junta convoca cada año otra orden para financiar a grupos de investigación, «que todavía no está resuelta, pero ya sabemos que la inversión va a sufrir un recorte drástico del 50%», según dijo.

No obstante, los algo más de 200 grupos de investigación con los que aproximadamente cuentan la UMA se financian, fundamentalmente, con las partidas que aporta el Ministerio dentro del plan nacional, y que venían a suponer unos 19 millones de euros. Narváez señaló que «del Ministerio aún no sabemos cuáles van a ser las consecuencias, aunque también hay anunciados recortes del 30% en la financiación que veníamos recibiendo». Mientras, la UMA está también pendiente de que se produzca la resolución de qué proyectos va a ser subvencionados este año para poder continuar con sus investigaciones.

Es un hecho que las administraciones públicas han reducido sus aportaciones a los programas de I+D+i de las universidades, «porque los grupos, conservando la misma calidad en sus investigaciones e incluso aumentando la productividad de sus trabajos, están recibiendo menos dinero», concluyó el vicerrector.