El plan de protección del monte Gibrafaro da un paso más para su entrada en vigor. Tras más de tres años de retraso, parece que, por fin, el pulmón verde de la capital puede respirar. La junta de gobierno local dio ayer el visto bueno a la propuesta de resolución de las alegaciones presentadas al Plan Especial de Gibralfaro accediendo así a su aprobación provisional. Este plan persigue la conservación de este enclave de indudable interés ambiental protegiéndolo de cualquier intervención urbanística, así como potenciarlo como un espacio de uso ciudadano.

Desde que en 2008 el Ayuntamiento de Málaga diera luz verde al plan, y en 2009 se aprobara inicialmente y se sometiera a información pública, el Consistorio finalmente superara los trámites administrativos relacionados fundamentalmente con la presentación de diversas alegaciones, que ahora se resuelven.

La aprobación del proyecto supone, pues, un avance de cara a la protección y conservación del entorno del monte, así como a la potenciación de su singularidad territorial y medioambiental.

Este plan especial, impulsado y anhelado por colectivos vecinales y ecologistas, contempla un espacio con alto interés medioambiental y paisajístico, cuya superficie de ámbito de actuación alcanza los 635.358 metros cuadrados.

Las acciones incluidas suponen la rehabilitación y recuperación ambiental del entorno del Castillo de Gibralfaro y la mejora de traseras de la calle Victoria, la construcción de un parque arqueológico y la instalación de un aula medioambiental.

Asimismo, según informaron desde el Ayuntamiento, se contempla la adecuación de la Cañada de los Ingleses mediante un nuevo acceso sur y la actuación en la ladera sur de Gibralfaro, en la zona de Campos Elíseos.

Inicialmente se propuso la creación de una red de sendas peatonales, carriles bici y una escuela de escalada. Al mismo tiempo, la Plataforma de Gibralfaro planteó declarar al monte Gibralfaro como parque natural protegido. No obstante, el Ayuntamiento no ha aclarado si finalmente estas peticiones se llevarán a cabo.

He aquí el meollo de la cuestión. Tras lo que para algunos (políticos, vecinos) ha sido un proceso lento y pasivo por parte del Ayuntamiento, el procedimiento se enfrenta ahora a el que quizá sea el principal escollo máxime en tiempos de crisis: la búsqueda de financiación. El presupuesto estimado para las actuaciones previstas supone la friolera de 28,3 millones de euros y la duda es quien aportará esa cifra. El alcalde Málaga, Francisco de la Torre, ya expresó su deseo en 2008 de que sean los fondos feder los que sufraguen esta inversión, pues de no ser así la actuación se mantendría «pero tardaría más tiempo».

El plan cuenta con el informe favorable de la Dirección General de Bienes Culturales de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, por lo que ahora cabe esperar la aprobación definitiva para poder hacer realidad la conservación de esta isla natural cercada por la ciudad.