­La avenida Juan XXIII está próxima a volver a la normalidad tras las obras del metro. Las aceras y el próximo asfaltado anuncian que los vecinos volverán a disponer de este espacio en unos meses, aunque los trabajos del suburbano continúan bajo tierra a ritmo de máquinas excavadoras. Las que trabajan entre calle La Unión y la esquina de la citada avenida con calle Cómpeta ya han hecho buena parte de su trabajo, pues el falso túnel que hay bajo la plaza de Manuel Azaña, junto a la Comisaria Provincial, ya ha recuperado su aspecto anterior a las obras.

El proceso ha sido complejo. «Los trabajos han estado condicionados por la estructura del túnel», explica el director del Metro de Málaga, Enrique Salvo. Para introducir los muros que acotan el espacio por el que transcurrirán los trenes de la línea 1 (El Cónsul-La Malagueta) a esta altura, se ha usado una máquina pantalladora especial para zonas con poca altura, que se volverá a utilizar en la Alameda para no dañar los ficus.

De esta manera, se ha evitado retirar el techo del falso túnel y, con ello, cortar el tráfico que discurre con normalidad por arriba. Solo queda por hacer el trabajo que no se ve, el que discurre bajo tierra. Aunque más que tierra es una arcilla que tanto árabes como romanos empleaban en trabajos de alfarería. Ahora, se usa para sellar capas de basura en los vertederos.

En este punto, las excavadoras acaban de terminar el primer nivel, que se corresponde con la estación de Barbarela, y están comenzando a ahondar para alcanzar el segundo. Más avanzado está el túnel que conecta la avenida Juan XXIII con la calle La Unión, donde también ha tenido que entrar en acción una máquina peculiar creada especialmente para esta obra.

Al tratarse de un pasillo de apenas cuatro metros de anchura, que además se estrecha en una curva bastante cerrada, los camiones no pueden maniobrar para sacar la tierra, que en esta zona es más arenosa, signo de que años atrás fue playa. Esta excavadora, apodada «Noctiluca», incluye una cinta transportadora que lleva la tierra hasta el camión que la recoge.

En la superficie, la vida en el tramo inferior de Juan XXIII está a punto de volver a la normalidad, pues está reurbanizado al 80% y se prevé que esté casi listo a finales de septiembre. En el primer trimestre de 2012, ciudadanos y coches volverán a pisar unas calles bajo las que las que las máquinas seguirán funcionando un año y medio más.