Tan sólo 18.000 malagueños firmaron el pasado año casi 170.000 contratos, un tercio de los 526.000 contratos que se efectuaron en Málaga durante el año 2010, al encadenar en tan sólo doce meses hasta nueve contratos de trabajo. El dato es del Observatorio de las Ocupaciones del Ministerio de Trabajo, que revela el aumento de la temporalidad del mercado laboral malagueño y la altísima rotación de personas para un mismo puesto. Peones agrícolas, camareros y personal de catering, dependientes de comercios y albañiles son algunas de las ocupaciones donde sus trabajadores firman más contratos cada año. El peso que puedan tener los contratos firmados por profesores interinos o auxiliares de enfermería en el sector púbico –entre ambos suman unos 12.000 contratos al año–no es significativo en estas cifras.

La palma de esta triste dinámica –dando por sentado que los que firman tantos contratos no lo hacen por gusto sino por la precariedad laboral que preside estos sectores– se la llevan los 1.824 malagueños que en el año 2010, según el Observatorio del Ministerio de Trabajo, firmaron nada menos que 52.722 contratos, lo que arroja una media real de 29 contrataciones cada uno. Todo eso en un solo año.

La lista de damnificados en este carrusel laboral la completan en Málaga otras 2.105 personas se quedaron «sólo» entre 11 y 15 contratos en un año, mientras que otros 14.080 trabajadores suscribieron en ese ejercicio entre 5 y 10.

Una tendencia que va a más

El propio Observatorio confirma que el año 2010 ha elevado en Málaga la ratio de contratación por persona, algo a lo que no es ajena una crisis en la que los contratos temporales han ido ganando aún más peso en detrimento de la contratación indefinida. Para los sindicatos CCOO y UGT esta tendencia viene espoleada por las dos últimas reformas laborales del Gobierno de Zapatero. La primera, aprobada por decreto-ley de mayo de 2010, justificaba el despido si la empresa alegaba causas económicas, con una indemnización de sólo 20 días por año trabajado, sin que hasta la fecha haya tenido efectos en la reanimación del mercado de trabajo; la segunda, aprobada hace cerca de un mes, anulaba la obligación de hacer fijos a los temporales que alcanzaran los dos años en una misma empresa y ha sido todo un jarro de agua fría para los 134.000 malagueños que trabajan con contratos precarios.

El hecho es que casi el 94% de los contratos que se firman cada mes en Málaga son temporales, un porcentaje que ha empeorado incluso ese 91%-92% que se registraba antes de la reforma de mayo de 2010. Además, la mayoría de las contrataciones son efímeras. De los contratos firmados este año en la provincia, cuatro de cada diez no llegaban apenas al mes de duración, según las propias estadísticas de Trabajo. Contratos eventuales, por obra y servicio y de interinidad copan así un mercado de trabajo dominado por profesiones de baja cualificación y donde los trabajadores encadenan un contrato tras otro rotando por diferentes puestos y empresas.

«Muchos empresarios encubren con contratos temporales puestos que en realidad son estructurales», denuncian los sindicatos. Cierto es que el problema no es sólo de Málaga sino de toda la economía española. El índice Eurostat situó a España en 2010 como el segundo país de la UE con mayor porcentaje de trabajadores con contrato temporal (25,4%), superada tan sólo por Polonia, con un 26,5%. Les siguen Portugal (22%) y Holanda (18%).

Otro fenómeno vinculado a la crisis son los contratos a tiempo parcial–trabajando sólo por horas sin cubrir la jornada completa–, que han crecido de forma notoria. En 2007 representaban un 25,1% del total. En 2010 ya iban por el 32,8%. Y sigue subiendo.