A algunos les parece que fue ayer pero ya han pasado 30 años desde que el mercado de frutas y verduras del antiguo Mercado de Mayoristas de la calle Alemania –hoy convertido en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAC)– se trasladara a sus actuales dependencias de Mercamálaga, ubicadas en unos gigantescos terrenos de 300.000 metros cuadrados de lo que era la finca Cortijo Jurado, propiedad en ese momento de la familia de los Vega, y comprados en 1977 por el Ayuntamiento. Era 1981 y Mercamálaga empezó así su andadura en la, por aquel entonces, lejana Campanillas con una inversión de 1.000 millones de pesetas y una producción en su primer año de 76.000 toneladas de producto.

Tres décadas después, y con la progresiva apertura del matadero de aves, las cámaras de frío y, sobre todo, el mercado de pescados y mariscos en 1996, las cifras son mucho más masivas: 174.000 toneladas de frutas y 44.000 de productos del mar para un volumen de negocio de casi 860 millones de euros en 2010. Y para 2011 la idea es repetir cifras, pese a la ligera bajada este año de pescado y marisco. En Mercamálaga trabajan 105 empresas con un millar de empleados.

Merecido homenaje

El mercado celebró ayer su trigésimo cumpleaños con un acto al que acudieron, en otros, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, la delegada del Gobierno andaluz, Remedios Martel, y el presidente de la empresa pública Mercasa, Ignacio Cruz. Los protagonistas de ayer, sin embargo, fueron los mayoristas y minoristas que durante todos esos años han dado vida a Mercamálaga.

Un grupo representativo, entre ellos todavía algunos que vivieron el traslado desde la calle Alemania a Campanillas, recibieron unas merecidas placas de reconocimiento: Ana María Pérez, Juan Manuel Bravo, Manual Soto y Rafael Jesús Meléndez por parte de los comerciantes y Andrés García, Francisco Rubio, José Ortega y Jorge Samos por los mayoristas. En la lista también figuraban, a título póstumo, Juan Blanca y José del Cid, cuyas placas recogieron sus familiares.

De la Torre señaló que Málaga está orgullosa de tener «uno de los grandes mercas de España» y recordó además que el nuevo PGOU recoge la reserva de un espacio cercano con 90.000 metros cuadrados de cara a una futura ampliación. Por su parte, la delegada provincial del Gobierno andaluz dijo que los 30 años de Mercamálaga muestran que «el trabajo se está haciendo muy bien y que se consolida, siendo hoy un ejemplo de modernidad y uno de los grandes mercados españoles».

Entre los homenajeados de ayer destacaban dos veteranos que pueden contar que ellos trabajaron durante años en la calle Alemania antes de venir a Mercamálaga. José del Cid, estuvo diez años en el antiguo Mercado de Mayoristas y recuerda el temor de los vendedores al traslado.

«Quedaba muy lejos pero la realidad es que no cabíamos en la calle Alemania. Los trailer no podían ni pasar. Había que bajar los bultos con carretilla y te echabas al hombro sacos de hasta 70 kilos. Yo he visto a personas cargar con hasta 140 kilos. Eran otros tiempos; aquí en Mercamálaga ahora cogemos un carro para un peso de 15 kilos», comenta con cariño.

Por su parte, Jorge Samos, mayorista de frutas y verduras, estuvo 14 años en la calle Alemania y recuerda que lo peor del cambio era tirar todas las noches por la carretera de Cártama (hoy avenida José Ortega y Gasset) hasta Mercamálaga. «Fue traumático pero pasamos de un lugar pequeño a unas instalaciones extraordinarias. Fue algo bueno», apunta.

Horarios de vértigo

El acto de ayer fue también un reconocimiento a la labor de un gremio cuyo mayor peaje son, sin duda, los horarios que soporta. Y es que los que trabajan en Mercamálaga tienen que levantarse a las 3 de la mañana para asistir a las subastas y corridas, que se celebran de 4 a 6, antes de que el producto salga camino de los mercados ¿Se acostumbra uno? «Para nada, a lo único que se acostumbra uno es al jamón de pata negra. Cada día mes cuesta más levantarme pero, como decía mi padre, el día que no voy al mercado me falta algo», comenta Del Cid.

Los pioneros

JORGE SAMOS Mayorista de fruta y verdura

«El cambio fue traumático pero muy positivo porque pasamos de un lugar pequeño a unas instalaciones magníficas. Valió la pena aunque lo peor era coger todas las noches la carretera de Cártama, que era entonces muy peligrosa. Trabajé 14 años en la calle Alemania antes de venir a Mercamálaga».

JOSÉ DEL CID Vendedor y mayorista

«Estuve 10 años en el mercado de la calle Alemania en el puesto de mi padre, al que todos conocían como Pepe Guerra. Ahora llevo ya otros 30 en Mercamálaga. Muchos no se querían trasladar porque esto quedaba muy lejos pero la realidad es que allí ya no cabíamos y los trailer no podían ni pasar. Te echabas al hombro sacos de hasta 70 kilos. Eran otros tiempos. Ahora, para un peso de 5-15 kilos ya se coge un carro».