Frederick Thompson, más conocido en sus ambientes como Freddie el Gordo, será extraditado a España próximamente después de que fuese detenido hace justamente dos semanas en Dublín, su ciudad natal. La policía irlandesa lo arrestó el 14 de octubre en virtud de una orden europea lanzada por un juzgado de Estepona en septiembre de 2010. Por lo que declaró hace unos días ante la justicia irlandesa, Freddie quiere que lo extraditen «inmediatamente».

Si la policía española asegura que este hombre está reclamado en nuestro país por asociación ilícita, las autoridades irlandesas van más allá y señalan que la orden de detención añade posesión y tráfico de armas y delitos contra la salud pública. En definitiva, la policía española considera que Thompson es miembro de una organización criminal compuesta fundamentalmente por ciudadanos irlandeses y británicos y que pudo desarrollar esas actividades desde 2008, cuando llegó a España, hasta mayo de 2010, cuando en la Costa del Sol explotó la operación «Shovel», el mayor golpe policial que ha recibido la mafia irlandesa a nivel internacional con una treintena de detenidos en tres países. La policía los acusó de tráfico de armas, drogas y blanqueo de capitales de procedencia ilegal.

Entonces cayó hasta el líder mafioso Christopher Kinahan, conocido en su tierra como El Padrino irlandés, para cuya organización se cree que Freddy trabajó como chófer y guardaespaldas. Buena parte de la prensa británica sitúa a Thompson a la derecha de Daniel Kinahan ­-uno de los hijos del gran capo irlandés- cuando la organización estaba asentada en la Costa del Sol. Otras fuentes rebajan el perfil mafioso de Freddie a un simple jardinero y limpiapiscinas de Kinahan, que entonces vivía en una mansión de Estepona y ahora rinde cuentas a la justicia belga.

Pero la trayectoria de Freddie invita a pensar que es algo más que un cuidador de césped y geranios. En su país es conocido por pertenecer a una banda de narcotraficantes implicada en una guerra criminal entre bandas que suma más de una docena de muertos. Y en la Costa del Sol también ha dejado ciertos rastros. Según el diario Herald, la última detención de el Gordo en Dublín puede estar motivada por una conversación telefónica intervenida en 2009 por la Policía Nacional en la que discutía con su interlocutor sobre el tamaño de un arma de fuego. Esa versión señala que al otro lado del teléfono se encontraba Gary Huch, otro viejo conocido de las autoridades irlandesas y españolas al que no han dado caza aún. No obstante, los investigadores creen que ambos vivieron juntos durante su aventura costasoleña con Kinahan y que incluso viajaron a Portugal en 2009 y Ámsterdam en 2010 para presuntamente organizar cargamentos de droga. Estos dos nombres también aparecieron en la investigación del tiroteo en el que Paddy Doyle, otro irlandés de 28 años, fue ejecutado en Estepona cuando viajaba como copiloto en un todoterreno. Fue el 5 de junio de 2008 y aún no se sabe quien disparó en la cabeza a Doyle. Huch conducía el vehículo en el que viajaba el fallecido y Thompson iba en el asiento trasero.

Las sospechas del clan Kinahan

La detención de Thompson y su predisposición a ser extraditado no sólo ha causado extrañeza entre los medios irlandeses. El diario Sunday World asegura que esa predisposición ha encendido la alarma de las sospechas en el clan Kinahan. Según el diario irlandés, algunos se preguntan si la policía española intenta proteger a Freddie y por qué, destacando el hecho de que los líderes de esta organización siempre han creído que en sus filas existía un topo que ayudó a la caída del imperio Kinahan. De hecho, recuerdan que Freddie abandonó España los días previos a las redadas de la Costa del Sol. El mismo diario asegura que desde la Garda creen que el detenido quiere venir a declarar a Estepona porque está convencido de que la policía española no tiene pruebas consistentes sobre su presunta pertenencia a la organización de Kinahan. Lo cierto es que tras su detención el pasado 14 de octubre en su domicilio de Dublín, y a la espera de confirmar su extradición, Thompson ingresó en una zona de aislamiento de la prisión de Cloverhil ante el temor de que sea blanco de otros criminales rivales.