Para algunos, la ayuda en pro de los que más lo necesitan no se trata de algo puntual, sino que forma parte de un trabajo diario, constante y con una dedicación casi exclusiva. Al menos así se ve desde Madre Coraje en Málaga, una ONG que persigue el desarrollo de regiones con altos índices de pobreza, sobre todo actuando principalmente en el país peruano. No en vano, su lema es que «de tu compromiso, nace la esperanza».

Precisamente este compromiso llamó en el año 2000 a José María Laza a iniciar un proyecto con fines humanitarios, en el que recientemente retomó el cargo como delegado de la organización en la provincia. Junto con su mujer, Paloma Rein, y Salvador Almagro, fueron los que iniciaron la implantación de dicha entidad en el territorio y que poco a poco han visto como crecía en sus más de diez años de historia.

Laza nació en Málaga un 18 de diciembre de 1959, en la calle Sancha de Lara. Estudió en el colegio de El Palo y tuvo que dejar su Málaga natal para sacarse la carrera de Farmacia en la capital granadina. Casado y con cuatro hijos, compagina actualmente su trabajo como farmacéutico con la labor solidaria.

«Nos cedieron en un principio un pisito en Carlinda durante dos años, donde empezamos a recoger medicinas», rememora Laza en los comienzos de la ONG, en la que se metió de lleno en el proyecto después de que un compañero de la delegación de Sevilla «me convenciera de la idea». Y así nació en 2001 la actividad de Madre Coraje en Málaga, pero que ya llevaba cerca de veinte años implantada a nivel nacional.

También ha sido su experiencia en el sector farmacéutico lo que le hizo vincularse más a esta aventura, sobre todo con el reciclaje de los medicamentos. Desde el año 1982 José María llevaba trabajando en su farmacia en la céntrica calle Molina Larios, trasladándose hace pocos años a la zona de Teatinos. «Además estaba metido en la delegación de Málaga del Colegio Oficial», apunta, por lo que pudo establecer los contactos necesarios para trabajar en la clasificación y de ahí la iniciativa de que todas las farmacias recogieran estos productos no caducados para poder enviarlos en perfectas condiciones a Perú.

«Se convenció a Sigre (entidad que controla la gestión medioambiental de los medicamentos) de que Madre Coraje no interfería en su labor, ya que concienciábamos a la población sobre el uso de esos productos que ya no necesitan, para que otras personas puedan utilizarlos ».

Una vocación de concienciación que ya llamaba desde temprana edad a José María. «Madre Coraje es aconfesional, lo que quiere decir que cada uno puede ser de la confesión religiosa oportuna. Yo concretamente soy católico, y ello te hace darte cuenta de la necesidad del otro».

Durante el año pasado desde esta ONG enviaron unos 27 contenedores de ayuda humanitaria, lo que se resume en unos 436.931 kilos valorados en 3,9 millones de euros. «Hemos mantenido un buen ritmo de trabajo teniendo en cuenta la crisis económica, y eso es fruto del compromiso de trabajo de nuestros voluntarios», aseguró.

Y la labor humanitaria se extiende. Con este motivo han llegado a un acuerdo con el Ayuntamiento de Rincón de la Victoria para buscar un local con el fin de crear un centro de colaboración que dé cobertura a la comarca de la Axarquía.

¿Por qué es el personaje de la semana?

José María Laza García fue delegado en Málaga de Madre Coraje en sus inicios desde el año 2001 hasta 2003 y recientemente ha vuelto a retomar este cargo, después de los nueve años de Salvador Almagro al frente. Actualmente están trabajando para la creación de un centro colaborador de la ONG en Rincón de la Victoria, que dé cobertura a la comarca de la Axarquía; con el objetivo de ampliar la labor de la organización y llamar a la acción del voluntariado en este territorio. Precisamente en el municipio rinconero ha desarrollado un maratón de clasificación de medicamentos así como una iniciativa medioambiental con escolares para concienciarlos sobre la preservación del litoral. También cuentan en la localidad rinconera con ocho contenedores para el reciclado de aceite, con el que se fabrican jabones y biodiésel.