Más de 3.000 escolares de primero de la ESO de 35 institutos de la provincia están utilizando los libros de texto digitales de forma cotidiana en el marco de los programas de Gratuidad de Libros de texto y Escuela TIC 2.0. Desde el curso pasado, la Consejería de Educación comenzó un programa de experimentación de los libros digitales que se desarrolló en 82 centros educativos andaluces, 11 de ellos malagueños, con la participación de 22 editoriales y 227 títulos. «Este año ya ha dejado de ser una prueba piloto para estos alumnos y es una realidad», explicó Ángel Rueda, asesor técnico de la Delegación Provincial de Educación.

Este año se continúa en 5º y 6º de Primaria y se ha ampliado a 2º de ESO, incorporándose dos nuevos institutos malagueños. En total hay otro millar de alumnos de Málaga que llevan a cabo estas prácticas con libro digitates.

En primero de la ESO se usan siempre que se haya generalizado su utilización a todas las aulas de este nivel educativo. El objetivo es implantarlos de forma progresiva en toda la etapa educativa. Los centros que han optado por el formato digital han adquirido directamente a las editoriales y distribuidores los libros, de modo que no figuran en el correspondiente cheque libro aunque sí han quedado recogidos en la relación de libros que se entregará a las familias.

El delegado de Educación, Antonio Escámez, asistió ayer a una clase de inglés de 2º de ESO en el IES El Palo de la capital malagueña, en la que los alumnos hacen uso del libro de texto digital. Escámez pudo comprobar la motivación del alumnado hacia los nuevos soportes digitales y las posibilidades didácticas que se presentan con la utilización del libro de texto digital instalado en los ordenadores de los alumnos y el uso de las pizarras digitales interactivas.

Rueda señaló que la implantación de contenidos didácticos digitales se puede realizar siguiendo tres modelos. En el sistema online, el centro selecciona los libros de texto que quedan alojados en los servidores internos para su consulta y uso directo desde los ordenadores del centro. Por su parte, en offline los contenidos son distribuidos en soporte físico, de modo que no es imprescindible la conexión a internet para acceder a ellos. Asimismo, los centros pueden elaborar sus propios materiales didácticos.