La asociación ciclista Ruedas Redondas ha denunciado, a raíz del doble accidente mortal junto al colegio Cerrado de Calderón del pasado lunes 28, en el que un padre y su hijo murieron al ser atropellados, el que el entorno de los colegios se haya convertido «en una zona caótica y peligrosa debido a la pretensión de los padres de transportar en coche a los niños hasta la misma puerta de los centros educativos».

A su juicio y después de «hacer suyo el dolor de las víctimas», en un comunicado subrayan que combatir esta situación no puede consistir sólo en poner «unos metros de barandillas para proteger a los niños y algunos badenes para evitar la excesiva velocidad de los coches». Ruedas Redondas reclama un programa de Caminos Escolares Seguros, incluido en la Ordenanza de Movilidad y recuerda que una solución parecida se ha puesto en práctica en ciudades como San Sebastián o Barcelona, así como en varios países.

Por ello, la asociación reclama restringir el tráfico de los colegios, especialmente en las horas de entrada y salida; eliminar hileras de aparcamientos para convertirlos provisionalmente en acera y carriles bici; restringir el aparcamiento o disponerlos en zig-zag para reducir la velocidad de los coches; controlar los tiempos de los semáforos, aumentando el tiempo de paso de peatones en las horas de entrada y salida y no permitir llegar con el coche a menos de 200 metros del colegio. A este respecto, la asociación recuerda que en Japón no se permite a los escolares acudir al colegio en coche a menos que estén enfermos «y se supone que deben ir caminando o en bici si viven a menos de cuatro kilómetros».

Para las personas que no puedan prescindir del coche, Ruedas Redondas propone que se establezcan zonas de parada «a más de 200 metros» del colegio «y desde allí, caminar solos o acompañados por los niños mayores».

Otra de las propuestas para los centros sostenidos por fondos públicos es no permitir, salvo casos excepcionales, la matriculación de alumnos que no vivan en el barrio del colegio. Así, destaca que en Finlandia, por ley, los alumnos no deben vivir a más de 2 kilómetros del centro educativo.

También propone caminos escolares seguros en los barrios «para ir andando o en bici», aparca-bicis en los colegios y la organización de grupos de voluntarios que se encarguen de vigilar el itinerario de los niños al colegio para que sea seguro.