En la barriada de Salinas, en el Puerto de la Torre, compartía vecindad con la calle Macizo Galaico la ladera de un cerro por el que se desparramaban las botellas. Olivos y un par de profundas torrenteras descendían hasta esta calle, punto de reunión de los amantes del botellón, para quienes poco importaba que, justo pegando con este espacio de ocio alcohólico, se encontrara el colegio de Infantil y Primaria Pedro Salinas cuyos alumnos, hace tiempo, se encargaban en este espacio de plantar árboles y de cuidarlos.

Pero el panorama ha cambiado hace unas semanas, cuando el Ayuntamiento ha cambiado el aspecto del cerro para transformarlo en un mirador con vistas a este barrio de autoconstrucción y a la Sierra de Mijas, con Alhaurín de la Torre a los pies.

«Justo al empezar la legislatura conseguimos que Urbanismo hiciera un proyecto aquí y cuando lo vi, me di cuenta de que era más un mirador con unas vistas espléndidas», explica el nuevo concejal del Puerto de la Torre, Luis Verde.

El piso del mirador está formado por exágonos cubiertos de zahorra y los muros, por unas originales piedras blancas metidas en unas rejillas. «Los huertos se plantarán en una segunda fase, la idea era adecentar esta parte», cuenta el concejal, mientras uno de los trabajadores señala que ha tenido que retirar un gran número de litronas.

Para el concejal, obras de este tipo hacen que Salinas, un barrio de autoconstrucción como buena parte del Puerto de la Torre, tenga un elemento distinto y muy atractivo. «Intentaremos poner en la parte baja un aparato de gimnasia para mayores y el huerto urbano para los vecinos», añade. Con respecto a esto último, Luis Verde explica que Participación Ciudadana va a elaborar unas bases para regular el uso de los huertos urbanos de Málaga.

Otra de las actuaciones que han cambiado a mejor otra zona es el parquecito que hay en El Tomillar, entre las calles Mora y Cabrera y Cristo del Puerto.

«Esta plaza tenía en el centro un casetón, una casa de apero donde se guardaba el material para poder arreglar el parque, la hizo el Ayuntamiento pero se la cedió a los vecinos», cuenta. Los vecinos mantenían el parque hasta que la persona encargada dejó de hacerlo, llegó el abandono y se transformó en un urinario público.

El Consistorio ha derribado la casa y en su lugar ha instalado un parque infantil, respetando los dos olivos que le hacían compañía, por expreso deseo de los vecinos. Además, se han cambiado la solería y los bancos y se han pintado los muretes.

Como explica el concejal del Puerto de la Torre, queda por recuperar una pajarera que se había convertido e el símbolo del parque y que se encontraba muy deteriorada.

«El parque ya está metido en el pliego y lo mantiene Parques y Jardines», resalta. Junto a la zona verde hay un gimnasio de mayores y como recuerda Luis Verde, los vecinos han vuelto a hacer «suyo» este parque recuperado.