Por tradición, porque el niño estudie en el mismo colegio donde lo hicieron sus padres, porque la sociedad entiende que la escuela privada es de mayor calidad que pública... los centros concertados cuentan con una gran demanda y listas de espera cada año, en cada proceso de escolarización. Los responsables de la escuela concertada no entienden que la Junta les niegue la posibilidad de poder atender esa demanda. Piden al Gobierno andaluza que satisfaga estas expectativas sociales.

«Creemos que simplemente se están siguiendo criterios políticos que no tienen en cuenta que la educación privada es un complemento de la pública, no una competidora», asegura Rafael Caamaño, secretario general de CECE en Andalucía. «Por eso no nos dejan ampliar líneas aunque queremos y tengamos espacio», añade.

«Si la obligación de un buen gobernante es la de satisfacer las necesidades de la sociedad, con la mejor solución de acuerdo con el coste y los resultados, se hace muy dificil de entender las reticencias hacia los conciertos educativos», insiste. Más aún en este época de crisis económica, cuando la Junta tiene que seleccionar muy bien dónde construye nuevos colegios.

Según Caamaño, en Andalucía existe el convencimiento de que el 80% de las plazas ofertadas tienen que ser públicas, «aunque el sentido común y los datos demuestren que la concertada sale más bararata». «En Andalucía son especialmente rígidos y drásticos en este sentido», se lamenta Caamaño, que recuerda que en otra comunidades autónomas la mitad de los centros docentes son concertados.

«En Andalucía se planifica la educación en contra de la demanda social, de la eficiencia del gasto público y de la excelencia académica», critica. CECE defiende que sin libertad no puede haber calidad. Por eso considera erróneo los criterios de escolarización que se siguen en la actualidad y que priorizan a quienes viven más cerca del colegio elegido.